Las farmacias rurales de la provincia de Castellón y del conjunto de la Comunitat Valenciana han solicitado al Gobierno que se dupliquen las ayudas que perciben las boticas consideradas de viabilidad económica comprometida (VEC), precisamente para garantizar esa supervivencia. La propuesta se ha remitido aprovechando la apertura de un periodo de consulta pública en relación a este tema por parte del Ministerio de Sanidad, con vistas a modificar el Real Decreto 823/2008, que regula los márgenes, deducciones y descuentos en la dispensación de medicamentos.
La subida de las ayudas a las farmacias VEC es una vieja aspiración de este colectivo profesional. En el caso de Castellón, quedan apenas 29 oficinas, después de perder ocho desde el 2019, antes de la pandemia, por cierres ante la imposibilidad de seguir adelante, o bien por el hecho de no encontrar un relevo, de vender el negocio. Están ubicadas sin excepción en municipios muy pequeños y, en general, afectados por el fenómeno de la despoblación, contra el que es urgente una actuación conjunta y transversal de las administraciones públicas que no llega.
Como explica la presidenta de la Asociación de Farmacias Rurales VEC de la Comunitat Valenciana y farmacéutica de Benafigos, Blanca Carcelén, un hecho es que las aportaciones económicas no han variado desde el 2011, y los boticarios señalan al respecto que, si ya en ese momento podían considerarse escasas, el aumento del coste de la vida y de los suministros y los alquileres en esta década hace mucho más necesaria su modificación.
Por ello, piden que se suba la cuantía máxima desde los 833 euros actuales a 1.500, con el mismo criterio que ahora de aplicar una cantidad determinada en función de lo que se facture ese mes. Además, solicitan que se amplíe la posibilidad de considerar farmacias VEC --y, por tanto, cobrar estas ayudas-- todas las oficinas con una facturación inferior a los 20.000 euros anuales, en vez de 12.500 como está ahora.
