Las ventas de cigarrillos crecen en Castellón en plena ofensiva antitabaco del Gobierno. Asimismo, el Plan Integral contra el Tabaquismo que prepara el Ministerio de Sanidad causa división entre los castellonenses. Mientras que colectivos sanitarios consideran positivas las restricciones en favor de la salud, otros sectores más ligados a la economía las critican.

82.720 paquetes diarios

En medio de esta polémica, los datos del Mercado del Tabaco reflejan una tímida recuperación de las ventas en Castellón. Así, en los 11 primeros meses del 2021 se vendieron 27,6 millones de cajetillas, lo que supone 719.950 más que un año antes (+2,67%). En términos porcentuales se han vendido 82.720 paquetes diarios, siendo los meses de julio y agosto los que más ventas concentraron. El año anterior se registró una caída del 6,4% hasta lo 80.111 como consecuencia de las restricciones que afectaron a la hostelería durante la pandemia y al turismo.

Fumadores

  Según datos de la última Encuesta de Salud facilitados por la Conselleria de Sanitat, casi el 20% de la población mayor de 16 años es fumadora habitual y un 2,6% fumadora esporádica. Ello equivale a más de 110.000 castellonenses. La prevalencia de personas de 15 a 24 años que fuman, tanto de forma diaria como esporádicamente, es del 10%, un porcentaje que se va incrementando con la edad. De hecho, en el grupo de edad de 45 a 64 años es del 33%.

Más lugares sin humo

El Ministerio de Sanidad ha anunciado su intención de endurecer las medidas con un plan Integral que aumentaría los lugares libres de humo --tanto en exteriores como en vehículos particulares--; establecería una subida progresiva del precio; obligaría al empaquetado genérico de las marcas; y equipararía, por ley, los cigarros electrónicos a los de humo.

7.000 sustancias nocivas

Unas medidas que son aplaudidas por el neumólogo de Castellón Ahmad Khalaf. «El automóvil es un vehículo privado pero cuando viajan en el mismo habitáculos niños, familiares u otros acompañantes se está exponiendo a estos al humo del tabaco», indica. «El fumador pasivo inhala el tabaco de segunda mano, pero también está el de tercera mano, que se precipita sobre los asientos», manifiesta, y recuerda que está compuesto por 7.000 sustancias químicas nocivas. 

Financiar políticas de deshabituación

Las terrazas, añade, son un espacio público, y «Salud Pública no puede justificar la inhalación masiva, porque el 75% de la gente no fuma». Por otro lado, considera que aunque la subida de precio del tabaco pueda ser positiva para reducir su consumo, sus efectos «no duran mucho». «Desde los años 70 se viene haciendo y la gente sigue fumando», dice. A su vez, señala que subir impuestos hace que el Gobierno ingrese más. Por ello, defiende que este importe se destine a financiar políticas de deshabituación. 

En el 2021 se han atendido por adicción al tabaco a 1.957 personas en la Comunitat Valenciana, con una distribución de géneros bastante equilibrada: 981 mujeres frente a 976 hombres. Sin embargo, en el Hospital General de Castelló la consulta de deshabituación tabáquica no se ha retomado al 100% por la pandemia.

En este ámbito, Khalaf recuerda que el Champix --usado para este tratamiento-- ha sido retirado del mercado por un supuesto componente cancerígeno.

Plan nacional y europeo

En la misma línea, Paco López, presidente de la oenegé PATIM, considera que el anteproyecto del Gobierno se equipara al de otros países de la UE. «El tabaco debería estar incluido dentro de la política general de adicciones y del uso y regularización de estas sustancias --algunas totalmente prohibidas y otras como el juego, alcohol o tabaco no-- donde todo se viera en su conjunto», señala. «Subir impuestos me parece bien pero ¿dónde van a ir?», se preguntó. Por ello, pese a considerar las sanciones equilibradas demandó que los impuestos reviertan en prevención y tratamiento. Por otro lado señaló que prevención no es hacer cajetillas que no gusten o feas, sino concienciar, como se hace con la mascarilla. Así, es partidario de prohibir fumar en espacios públicos, no solo en terrazas sino también en aceras. También en el coche, por ser un elemento de riesgo y distracción. «Lo incorporaría dentro de un plan nacional de adicción estatal con comparativas a nivel europeo, porque igual que con la pandemia, debe haber una lucha conjunta», dice. 

Cáncer

Igualmente, el presidente de la Asociación contra el Cáncer (AECC) de Castellón, Carlos Ulldemolins, ve «correcta» la decisión del Gobierno. «Desde la AECC estamos procurando erradicar el tabaco, que es claro causante del cáncer de pulmón. Tenemos campañas abiertas desde este verano no solo de abandonar el tabaco sino también de espacios sin humo. Hemos logrado que ayuntamientos de esta provincia declaren algunas playas y zonas comunes de mucho uso como espacios sin humo. Cualquier medida que vaya contra el tabaco es beneficiosa para la salud de todos los ciudadanos», asevera Ulldemolins.

Estanqueros

En el otro extremo esta el presidente de la asociación provincial de estanqueros, Arturo Bort, quien recuerda que el tabaco es un producto autorizado por Sanidad y sometido a unas leyes de consumo y publicidad que el sector cumple, por lo que no se puede culpar de todo; y lamenta que se opte por la línea dura.

Hosteleros

A la patronal Ashotur tampoco le parece razonable el veto a fumar en las terrazas. «Hay un ámbito, en los exteriores, en donde el perjuicio que se puede causar a los fumadores pasivos es mínimo», apuntó Luis Martí, vicepresidente de Ashotur. Por ello, añadió, «hay que dar margen a que los ciudadanos ejerzan su derecho a fumar. La norma, tal como está, está bien: en el interior prohibido. En el exterior no», defendió. Asimismo, recordó que la medida puede perjudicar a la hostelería.

Automovilistas

Otro colectivo que discrepa es el Automovilistas Europeos Asociados. Su portavoz, Mario Arnaldo, coincide en el objetivo de reducir el consumo, pero no está de acuerdo con una prohibición en un vehículo, a menos que se trate de transporte público. «Debería concretarse si es un asunto de protección sanitaria o de seguridad vial, porque el tratamiento es totalmente distinto. Si se trata de reducir el consumo no se puede hacer en base a políticas sancionadoras porque estamos hablando de una adicción. Asimismo, es un producto ilegal y el coche es una propiedad privada igual que el domicilio y su vigilancia resultaría difícil». 

Arnaldo recuerda que el coche de un fumador en el mercado de ocasión cotiza más bajo por el olor. También avisa que un golpe de viento puede llevar a la pérdida del control del automóvil. No obstante, «no todas las situaciones de peligro conllevan una prohibición. Por ejemplo, la calefacción alta también eleva el riesgo de somnolencia al volante y no se prohíbe su uso».

 Las leyes antitabaco

En 2005 vio la luz la primera ley antitabaco, que prohibía fumar en interiores de lugares de trabajo, hostelería y centros culturales. La ley del 2011 dio un paso más al eliminar las excepciones en bares y restaurantes, así como prohibió fumar cerca de colegios, centros sanitarios y parques infantiles. Las legislaciones provocaron un brusco descenso en el número de consumidores de tabaco. En 1991, en la Comunitat fumaba el 48,7% de la población, mientras que en 2016 el 22%. Solo en la región valenciana mueren al año unas 6.000 personas a causa del tabaquismo activo, 60.000 en el conjunto del Estado español.