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CONTROVERSIA PROVOCADA POR EL TITULAR DE CONSUMO

Los ganaderos de Castellón critican al ministro y defienden sus granjas

Las explotaciones son familiares, alejadas del modelo que rechaza Garzón y contribuyen a fijar la población

Un ganadero de Morella, Miguel Ángel Querol, en su granja.

La polémica generada por las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre las macrogranjas y los supuestos efectos de determinadas prácticas ganaderas en la calidad de la carne suena lejana en Castellón. Responsables de instalaciones y organizaciones del sector primario destacan que el modelo imperante en la provincia está muy alejado de la denuncia sobre la garantía de las exportaciones cárnicas, aunque se muestran críticos con las afirmaciones del integrante del Ejecutivo.

El técnico de ganadería de la Unió, Francis Ferreres, lo detalla con cifras: «El 94% de las granjas de porcino en Castellón son de menos de 2.500 animales, baremo que se utiliza para que se tenga que solicitar una autorización ambiental integrada, y la media por explotación es de 1.200». El secretario general de esta organización, Carles Peris, recuerda que en la provincia predominan las explotaciones medianas de carácter familiar, que continuamente se adaptan y cumplen con unas normativas cada vez más exigentes».

Honorio Carceller es veterinario y asesor de Rumicas, una asociación que agrupa a 90 granjas de ovino y vacuno y afirma que España «es uno de los países de la Unión Europea que mejor hacen las cosas en inspecciones y trazabilidad. Además, por nuestra zona el modelo es eminentemente artesanal, y con unos controles muy exhaustivos». Sobre la controversia que ha puesto en el foco al sector a nivel nacional, opina que se debe «conocer en serio lo que ocurre y aportar más ideas». Por su parte, comenta los «beneficios que tendría que la carne de Castellón pudiera ser vendida más allá de los pueblos donde se elabora», algo que ayudaría a la subsistencia de dichas explotaciones.

En riesgo

En las antípodas de un modelo de enormes instalaciones, la gran preocupación está en la dificultad para encontrar relevo. Óscar Bayot, de Ares, es el presidente de Arbocas, que agrupa a un centenar de propietarios del interior de la provincia que se resisten a desaparecer. «Por cada nueva explotación que se crea o se amplía, hay muchas otras que cierran», asegura. «Hay muchos que están a punto de jubilarse y cuando lo hagan no habrá nadie que les releve. Estos días pocos han hablado de que las granjas ayudan a fijar población en el interior», añade.

Datos sobre el sector a nivel provincial. Juan Carlos Gozalbo

Según los datos de la Unió, el 84% de las explotaciones de Castellón están en localidades de menos de 2.500 habitantes, y el 50,6% se ubican en municipios de menos de 1.000. Sin ganadería, el éxodo rural sería mucho mayor.

Modelos

El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), Cristóbal Aguado, terció en la polémica y urgió a Alberto Garzón a no «echar por tierra» el trabajo de los ganaderos, calificó de «manipulación» afirmar que se maltrata a los animales de forma generalizada. Además agradeció el papel del ministro de Agricultura, Luis Planas, «por haber reconducido el debate».

En referencia al modelo intensivo o extensivo en ramas como el porcino, Carles Peris indicó que criar cerdos al aire libre «no permite trabajar en condiciones de rentabilidad», aunque recordó todas las normas de bienestar que existen en la crianza en granjas. 

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