Castellón necesita nuevas infraestructuras eléctricas en el interior para impulsar todos los proyectos de energía solar necesarios para descarbonizar la economía y no causar impacto en el territorio, y los expertos estiman que se necesitan dos subestaciones, una en la Salzadella y otra próxima a la localidad de els Ibarsos. Esos dos proyectos serían suficientes para dar salida a toda la potencia eléctrica que se generará en las plantas fotovoltaicas previstas en localidades como les Coves, Vilafamés o Benlloc y, lo más importante, evitarían que las empresas promotoras tuvieran que construir líneas de muy alta tensión (una especie de MAT comarcales) para conectar dichos parques solares con la subestación de la Plana, en Almassora, y que tanto rechazo social están provocando.
Aunque Red Eléctrica Española (REE), la operadora del sistema eléctrico y que posee y gestiona el transporte de electricidad en España, no ha incluido en su plan de inversiones 2021-2026 ninguna nueva subestación en Castellón (el documento se aprobó ayer en Consejo de Ministros), la Generalitat deberá reivindicar nuevas infraestructuras en el interior si quiere cumplir con el objetivo de generar unos 4.000 megavatios (MW) de energía limpia en la provincia. Unas subestaciones cuya localización más lógica sería, según las fuentes consultadas, la Salzadella y cerca de els Ibarsos.
Una subestación ya prevista
La infraestructura de la Salzadella, además, ya estaba prevista. REE la incluyó en 2005 en su plan de inversiones y, aunque en 2011 se dio luz verde a la declaración de impacto ambiental, esta subestación nunca ha llegado a ejecutarse. Ahora el proyecto podría recuperarse y conectar con la ya existente línea de muy alta tensión que une la central de Vandellós con la subestación de la Plana.
La planta de la Salzadella conectaría con la línea eléctrica que pasa por todo el litoral y la de els Ibarsos lo haría con la nueva línea MAT que Red Eléctrica prevé levantar entre Morella y Almassora. Con estas dos subestaciones se podrían evitar entre 60 y 70 kilómetros de nuevas líneas de muy alta tensión, entre ellas las que los promotores de la planta fotovoltaica Magda proyectan para evacuar la energía que se generará en les Coves de Vinromà hasta la Plana.
Las nuevas infraestructuras en el interior para dar salida a la energía renovable eludirían autopistas eléctricas comarcales y, además, aportarían otra ventaja: mejorarían la potencia eléctrica en municipios del interior, ya que toda la infraestructura estaría apoyada en una red de alta tensión y no en una de media como sucede ahora. Y eso solucionaría los problemas que tienen multinacionales como LM Wind Power (fabrica palas de aerogeneradores en les Coves) y que debido a la baja potencia eléctrica se ve obligada a usar generadores. También daría alas a la instalación de empresas en zonas rurales de la provincia.
Nadie quiere una MAT
La solución que se plantea para impulsar las renovables en Castellón es muy similar a la hoja de ruta que, por ejemplo, ha diseñado el Gobierno y la Junta para convertir Extremadura en una de las regiones donde se va generar más energía limpia de Europa. En esa comunidad se han planificado subestaciones muy cerca de los parques fotovoltaicos de manera que se evitan líneas de alta tensión que generan recelo social y poca inversión en el territorio. Dos datos bastan para entenderlo: para el propietario de un terreno por el que transcurre una línea de alta tensión los ingresos oscilan entre los 200 y 300 euros, mientras que los beneficios de alquilar una hectárea para instalar una planta fotovoltica son infinitamente más elevados, de unos 1.600 euros al año durante la vida útil de una planta (unos 30 años).
Las diferencias entre un modelo y otro son grandes y con la planificación que de REE (una MAT que atraviesa la provincia para transportar energía generada en Aragón), todo el beneficio se queda en la comunidad vecina.
