La crisis económica derivada de la pandemia popularizó el mecanismo de los expedientes temporales de empleo (ERTE) como salvavidas laboral en un momento en el que muchos sectores económicos no podían trabajar o quedaron gravemente afectados por la disminución de ingresos. Cuando los efectos del covid en las finanzas todavía no se han superado, el fuerte incremento de los costes de la energía y las materias primas pone en jaque a la principal industria de Castellón, la cerámica, que ha vuelto a optar por esta fórmula para poder reducir costes laborales sin tener que despedir.
El secretario general de la patronal Ascer, Alberto Echavarría, indica que el azulejo debería entrar en el nuevo mecanismo RED, ya que este sistema es «una respuesta a situaciones especialmente complicadas en determinados sectores como pasó con el del turismo. Hoy más del 25% de los empleos de nuestro sector está afectado por ERTE, que podrían ser menos gravosos para las empresas y más interesantes para los trabajadores si el gobierno activara el mecanismo RED», como hizo en su día con las agencias de viajes.
Las principales diferencias entre los ERTE convencionales y los RED son que las posibles exoneraciones de las cuotas empresariales a la Seguridad Social se incrementan hasta el 40%, frente al 20% de los ERTE ordinarios. En cuanto a los trabajadores, los asalariados no consumen los derechos adquiridos previamente. Para Ascer, entrar en los RED sería un alivio a sus cuentas después de que el sector haya quedado fuera de varias ayudas para la industria.
Una crisis al compás del precio del gas
La principal fuente energética para la cerámica, el gas natural, empezó a ser más cara a partir del pasado otoño, y llegó a rozar los 100 euros por megavatio hora en septiembre. A partir de diciembre comenzó la presentación de los ERTE, que se intensificó en marzo, con el estallido de la guerra en Ucrania. Desde ese momento el gas no baja de los 100 euros, para preocupación del sector.
