Los citricultores de Castellón llevaban semanas mirando al cielo y la lluvia de de esta semana ha sido una bendición. Además del ahorro en riego, las precipitaciones van a contribuir a aumentar el tamaño de las clemenules, la variedad reina en la provincia. Y eso, sin duda, es una buena noticia para un sector que esta campaña se enfrenta a unos costes de producción nunca vistos hasta ahora.
Si el calor extremo del pasado verano y la falta de lluvias habían retrasado la maduración de la fruta y mermado el calibre, las últimas precipitaciones van a darle un vuelco a la situación. «El agua, sin duda, beneficiará a variedades como la clemenules y también otras más tardías», apunta Carles Peris, secretario general de la Unió Llauradora i Ramadera.
El tamaño de la nulera será más grande y los precios con los que se cierran la mayoría de operaciones también invitan a un relativo optimismo. La información de la Mesa de precios de cítricos del Consulado de la Lonja de Valencia, con datos de esta misma semana, refleja que los valores de los tratos comerciales oscilan entre los 0,32 y 0,42 euros el kilo, unas cifras más altas que las registradas, por ejemplo, a mediados de septiembre, cuando la horquilla se situaba entre los 0,30 y los 0,37. « Poco a poco los precios van subiendo lo que, unido a que este año hay un descenso en la producción tanto nacional como internacional, hace presagiar una buena campaña. Eso sí, siempre que el consumo y la demanda se comporten de manera normal», añade Peris.
Costes por las nubes
Aunque las cifras que refleja la Lonja de cítricos invitan a pensar que la actual campaña podría ser mucho mejor que la anterior, la realidad es que el sector vuelve a enfrentarse a unos costes de producción que siguen desbocados. El año pasado el precio de la luz, el gasóleo y los fertilizantes batió todos los récords y este año la situación todavía es peor. «Los precios en el campo han aumentado un poco, pero hay que tener en cuenta que los costes son desorbitados», argumenta el secretario general de la Unió, que estima que por debajo de los 0,36 euros el kilos los productores de clementinas no van a cubrir gastos.
La producción nacional será está campaña más baja, pero en Castellón la tendencia es la contraria. Y una de las claves está en que este año la afección de la plaga del cotonet es mucho menor. De las fincas de la provincia saldrán, según la Conselleria de Agricultura, 624.861 toneladas de cítricos, un 9,2% más. De esa cantidad, el 79% pertenecen al grupo de las mandarinas y, de esas, siete de cada diez son de la variedad nulera.
Pesticidas prohibidos en cítricos de Sudáfrica
La campaña citrícola ha comenzado ya y el sector de Castellón tiene que hacer frente a la misma competencia desleal de siempre. La Unió Llauradora ha detectado, por cuarto año consecutivo, la presencia de materias activas de pesticidas en cítricos procedentes de Sudáfrica y Argentina en la distribución comercial y cuyo uso está prohibido en la Unión Europea.
Tras adquirir naranjas procedentes de estos países en varios supermermercados de la Comunitat, la organización agraria ha recurrido a un laboratorio homologado para analizar la fruta. Y las conclusiones son claras. «Las pruebas analíticas han vuelto a detectar materias activas cuyo empleo está prohibido en la Unión Europea», dice Carles Peris, secretario general de la Unió. Entre otras sustancias se encuentra la carbendazima, cuyo uso está prohibido en la UE desde junio de 2016. También hay alguna detección con hasta seis materias activas, así como restos de otros pesticidas que el Ministerio de Agricultura no autoriza. La organización agraria insta al Gobierno a intensificar la presión en Bruselas para que se adopten las cláusulas espejo.
