Los costes del gas natural afectan de lleno a la industria cerámica de Castellón, y la empresa Azulejera Alcorense es una de sus primeras víctimas. El pasado 7 de octubre la propia compañía, que desde hace algo más de un año forma parte del grupo Pamesa, dio a conocer la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a la práctica totalidad de su plantilla, compuesta por 78 personas. Los despidos se motivaron por la determinación de cerrar la factoría ante las pérdidas acumuladas.

Finalmente, el impacto de este cierre será menor del previsto para la masa laboral de Azulejera Alcorense, al haberse llegado a un acuerdo que implica la reubicación de la mayor parte de la plantilla indefinida en otras empresas del grupo. Según este pacto, «se ofrece recolocar a 53 de los 76 trabajadores», señalan desde la empresa. La medida ha contado con el visto bueno del 90% de los asistentes a una reunión celebrada ayer, a la que acudieron un total de 70 integrantes de la plantilla.

Motivaciones

La compañía, que en breve detendrá por completo su actividad, indicó que se ha visto «en la necesidad de prescindir» de estos trabajadores «debido a la grave situación que están atravesando las industrias gasintensivas». Pese a ello, «ha buscado y acordado las que considera las alternativas más favorecedoras para sus empleados».

Son dos los puntos principales de este acuerdo. Por un lado, la mencionada reubicación de los empleados en otras plantas, mientras que por el otro «se va a ofrecer un plan de recolocación externa a quienes tengan más de 50 años y no sean reubicados, con el objetivo de mejorar su futura empleabilidad», concluye el comunicado.

Azulejera Alcorense era una de las fábricas de cerámica que Pamesa incorporó a su grupo con motivo de la compra de Azuliber, firmada en septiembre del 2021. No es el único problema sufrido en las últimas semanas dentro del conglomerado adquirido el pasado año. Pamesa dio a conocer a finales de agosto la suspensión de la actividad en la atomizadora de Azuliber, con el consiguiente paro temporal para 117 empleados.

Siguen las negociaciones por el cierre de Todagres

Las negociaciones entre los representantes de la propiedad y los trabajadores de Todagres siguen en marcha, al no haberse cerrado un acuerdo en el encuentro mantenido el pasado jueves. Uno de los puntos en fricción es el referido al número de días de indemnización a percibir por parte de la plantilla, de unas 160 personas. El grupo Fuertes, que posee la totalidad de la veterana empresa de Vila-real, justificó su decisión por la situación económica adversa encadenada en los últimos años, agravada con la pandemia y el incremento de los precios energéticos. Según los planes del expediente de regulación de empleo, la mayor parte de empleados saldrán en las próximas semanas, y el resto a finales de año.