Los sindicatos que encabezan las reivindicaciones del sector --CCOO y UGT- alertaron en Mediterráneo del «desmantelamiento» del servicio de Correos de la provincia de Castellón, denunciando la tendencia a la unificación de centros, la pérdida de empleos y el deterioro de la calidad de los servicios rurales, entre otras cuestiones. Ante estas críticas sindicales, la empresa defendió este lunes su gestión, asegurando que está cumpliendo en la provincia con el servicio postal universal, y que está llevando a cabo «un proceso de transformación de su modelo de negocio, sin privatización ni despidos».
Fuentes de Correos matizaron que la compañía «no está cerrando ninguna oficina ni centro de distribución» y que «la adecuación de la estructura de distribución para ser más eficientes es una obligación como operador público».
Nuevo modelo
Los sindicatos cifran en 125 los puestos de trabajo perdidos en la provincia por los recortes, principalmente por la falta de reposición de la plantilla, y advierten de una mayor carga de trabajo al disponer de unidades «al 50%» de su plantel. Al respecto, Correos asevera que «no está realizando despidos ni destruyendo empleos» y remarca su apuesta «por el diálogo social y el empleo estable», aún admitiendo que se encuentra en «un proceso de transformación de su modelo para garantizar la calidad del servicio a la ciudadanía y el futuro de la compañía, que no afecta a la empleabilidad».
En ese sentido, la compañía, que trata de reducir sus pérdidas millonarias en el país, recuerda la convocatoria de su mayor oferta pública de empleo en décadas, con 7.757 plazas, y la firma de un acuerdo para hacer efectivo en el presente ejercicio de un incremento retributivo del 3,5%.
La filial
En cuanto al objetivo último de estas políticas, que según los sindicatos es el trasvase del negocio a la filial Correos Exprés, apuntan que no existe tal trasvase, sino que «la colaboración está dentro de las habituales sinergias generadas por la actividad».
