Sanitat defiende que atendió a la castellonense fallecida tras 8 horas en Urgencias "acorde a su sintomatología"
Un juez determinará si hubo una asistencia deficiente, como sostiene la familia
La Conselleria de Sanitat defiende la atención ofrecida a la castellonense de 36 años que murió tras pasar ocho horas en Urgencias, aquejada de un fuerte dolor en el pecho y sensación de asfixia. Fuentes del departamento que dirige Miguel Mínguezhan señalado a este diario, que adelantó lo ocurrido en exclusiva el pasado domingo, que la paciente recibió en el Hospital General de Castellón «asistencia sanitaria en función de la sintomatología que presentaba». Desde Conselleria se han limitado a ofrecer esta respuesta, tras la denuncia iniciada por la familia de la víctima, incidiendo en que «el caso está judicializado». Será, por tanto, un juez el que determine si hubo una asistencia deficiente, como sostienen los allegados de la fallecida.
Mediterráneo avanzó días atrás lo ocurrido el pasado octubre cuando Sandra Galera, madre de dos niñas de tres y seis años, comenzó a sentirse mal en su casa.
Varias llamadas al 112 y un traslado a Urgencias en coche particular
Tras llamar al 112 en varias ocasiones y solicitar una ambulancia que, según la madre de la fallecida, se consideró innecesaria por parte de Emergencias, fue la propia familia de la mujer la que la bajó del domicilio en una silla de escritorio y la llevó al hospital en su vehículo particular.
Una vez en Urgencias, esperaron primero en la sala de espera y después en un box, mientras Sandra continuaba quejándose de fuertes dolores y pedía que se le sumistrara algo que la aliviara, así como oxígeno para respirar.
«Me dijeron que vendrían a hacerle una analítica, pero no vino nadie. De repente, la máquina a la que la habían conectado empezó a pitar y en la pantalla ponía: infarto», relata la madre de Sandra en la reclamación patrimonial presentada ante la Conselleria como paso previo a la vía judicial.
El fallecimiento, tras 8 horas en el hospital
La madre de la paciente les pidió que le pusieran oxígeno, pues tenía problemas para respirar desde hacía horas, pero le indicaron que eso debía autorizarlo la doctora. Finalmente, pincharon a Sandra por vía intramuscular y comenzó a respirar de una forma «extraña», por lo que su madre pidió ayuda. Los sanitarios cogieron un desfibrilador e intentaron reanimarla. Tras varias recuperaciones, murió. Según la autopsia, lo hizo por una «miocarditis aguda por infección por coronavirus con lesión miocárdica terminal», pero sus familiares creen que podría haberse salvado «con la atención sanitaria que requería».
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