El último en abandonar el barco incendiado en el Grau: "Sentí pánico"

"Llevo son 34 años en la mar y es lo más duro que me ha pasado en la mar"

"No sabes dónde estás. Perder la noción de dónde estás y no ver nada"

"Tengo un ojo de buey y lo abrí para coger aire para salir porque ya me faltaba el aire"

El director general de Pesca se reunió el martes con la tripulación del barco

El director general de Pesca se reunió el martes con la tripulación del barco

Carmen Tomás Armelles

Carmen Tomás Armelles

José Ramón Salvador, mecánico del Nova Tía Cinta, el barco que se incendió y hundió este martes frente a las costas de Castellón, confiesa que sintió "pánico". Más de 30 haciéndose a la mar, señala que fue el último en abandonar el barco.

Salvador explica que "saltaron las alarmas por humo, fui a mirar y no pude acceder casi a la sala de máquinas, quise acceder por proa, porque me dijo Ángel, el patrón, que había fuego en la sala de máquinas, ya que tenemos unas cámaras y me dijo la localización, que en proa había fuego. Yo fui el último que salió de bajo de cubierta porque ya habían dado el abandono de barco. Intenté apagar el fuego porque se cierran puertas para que no tenga aire pero fui a activar el automático y no pude cerrar la puerta del motor", señala.

José Ramón explica que estaban regresando a Puerto, porque "entramos sobre las cuatro de la tarde pero habíamos roto el arte y solo lo puede arreglar el redero, nos quedaba una hora y pico para hacer el lance, pero no valía la pena".

José Ramón Salvador

José Ramón Salvador / MEDITERRÁNEO

"Llevo son 34 años en la mar y es lo más duro que me ha pasado en la mar". "No sabes dónde estás. Perder la noción de dónde estás y no ver nada. Me he repasado la sala de máquina, sin luces, apago la luces a proa y salgo por popa, porque la tengo memorizada y llegar el momento y no poder, porque tengo que respirar. Accedías a proa por una escalerita y tenías una nevera larga, que pasabas por dentro de la nevera y accedías a la puertecita, hay seis o siete metros de una puerta a otra y no poder acceder. Llegar tal como subes la escalera tenía la litera, donde dormía yo nada más entradas a la litera de arriba, palpé para coger el bolso donde tenía el móvil y tengo un ojo de buey y lo abrí para coger aire para salir porque ya me faltaba el aire", apunta.

Añade que "los cursillos valen para algo, pero del trecho al hecho...", señalaba. "Tengo el avanzado para combatir incendios, he hecho cursillos de a ciegar con humo....", manifiesta.