Ana, la sin techo que hace cuatro días denunciaba a través de Mediterráneo que tenía que dormir en la calle pese a estar enferma y sufrir una parálisis cerebral, está ingresada en el Hospital General aquejada por una infección respiratoria por neumonía. Ella, desde su refugio del estadio Castalia pedía entonces a los castellonenses "más mantas", pero la solidaria aportación de los vecinos --han llevado numerosas prendas de abrigo-- no ha sido suficiente para impedir que las bajas temperaturas de estos días le hayan afectado gravemente.

"Me encuentro bien pero no quiero pedir el alta voluntaria porque ahora tengo más miedo de volver a la calle", comentaba ayer mientras comía en su habitación del General. Y es que, además de enfrentarse al frío, sus compañeros de Castalia ya le han contado los ataques de

skinheads que sufrieron en la madrugada del domingo.

MEDICINAS O COMIDA

"Ana tiene las defensas muy bajas y por eso un resfriado le afecta más. Yo también tengo todo el pecho cargado de dormir a la intemperie, pero si me compro couldinas, explicaba Celia, que también vive a las puertas del estadio. "Desde que salimos en el periódico muchos castellonenses nos han traído mantas y chaquetas y las hemos repartido entre gente que sabemos que las necesitan", decía.

Loli, otra indigente que vive en las calles de Castellón, contaba que la noche del lunes la pasó en la estación nueva de Renfe, "durmiendo en un asiento" para protegerse de las bajas temperaturas. En cambio, Francisco, el compañero de Celia, aseguraba que el frío de estas noches "está siendo mortal, sobre todo a las seis de la mañana". El térmometro bajó ayer en la ciudad hasta los 0,8 grados. Una temperatura difícil de soportar en la calle y aún más sin la ropa de abrigo necesaria.

DONACIÓN DE MANTAS

Por eso, y haciéndose eco de las necesidades, la Fundació Caixa Castelló-Bancaixa ha entregado 50 mantas a la residencia Domus Mariae, que las ha repartido entre los indigentes que acuden a la parroquia de Santa María.