Dicen que el premio de la liga es el de la regularidad. Es falso, al menos de Segunda B hacia abajo. En el caso de esta categoría es algo así como un concurso de méritos de nueve meses de duración, para luego jugárselo todo en seis partidos.

Si ese concurso lo hubiera iniciado el C. D. Castellón este año, a estas alturas estaría al borde del precipicio, es decir, con un pie en Tercera. Y mientras, los técnicos siguen diciendo que ´aquí no pasa nada´. Lo que pasa, ellos sabrán, pero lo que vemos es que el equipo cada semana va de mal en peor, no ilusiona a nadie y pierden hasta con los colistas: Valencia B, Mataró y Yeclano. Cambien el rumbo, que, de otra forma, embarcamos.