"La guerra interrumpió tantas cosas que no se han recuperado en estas décadas. Aquel Castellón anterior, culto y abierto, no se ha repetido porque la gente ha ido fraccionándose por cuestiones políticas, por rencores. Fue una guerra fatal. Se quiebra una sociedad y se tarda mucho tiempo en poder olvidar".

"Valoro mucho la tolerancia y la libertad. Las cosas sólo se consiguen hablando y no riñendo, por eso yo soy un demócrata acérrimo. No pertenezco a ningún partido pero creo mucho en las posibilidades de la democracia, y lo más importante es que hay que tener mucha tolerancia para vivir. Es mi forma de proceder y siempre ha sido así. La experiencia me dice que hay que tener amigos hasta en el infierno y enemigos, ni el cielo".

"Cuando llegué de Inglaterra en plena guerra civil me alisté como soldado de Franco, en automovolismo, pero cuando estás dentro del charco te das cuenta de muchas cosas. Después me ha costado asimilar que me llamaran al orden. Pero sin ofender a nadie, nunca he dejado de decir la verdad".