El sindicato CSI-CSIF exigió ayer más personal y nuevas instalaciones para atender al público en la oficina de extranjería, ante la avalancha de peticiones de residencia de rumanos tras la entrada de su país en la UE. La oficina de la ronda no atiende los viernes a comunitarios, pero las colas siguieron en Tenerías, que a su público habitual sumó el de los nuevos europeos que, aunque en menor cantidad, acudieron allí al ver comisaría cerrada.

A partir del lunes, los servicios para comunitarios ya no se harán en la ronda Magdalena, estarán centralizados en la calle Tenerías. Unas instalaciones que, según CSI-CSIF, no reúnen las condiciones mínimas para absorber el enorme trasiego de inmigrantes, ya que las escaleras son muy estrechas, los accesos pésimos y las salas de espera diminutas. A estas dependencias, que abrirán de 14.30 a 17.00 horas, de lunes a jueves, se sumarán las de la Subdelegación del Gobierno, que atenderá los mismos días y el mismo horario.

CSI-CSIF reclamó, al menos, 10 personas contratadas más para gestionar las colas de comunitarios. Explicó que cuatro trabajadores de la oficina de extranjería de la Comisaría terminan su contrato el 23 de febrero y no está prevista su renovación.

Mientras, Subdelegación aseguró que las carencias registradas en la prestación del servicio los últimos años se resolverán "con la nueva oficina de extranjería en la avenida Casalduch y con el traslado de las oficinas del Cuerpo Nacional de Policía cuando se construya la futura comisaría a lo largo del año".

Mientras, Subdelegación aseguró que en toda la semana se han recibido 600 peticiones de tarjeta comunitaria, aunque CSI-CSIF elevó la cifra a cerca de 800 en la tarde del jueves, a los que hay que sumar el trabajo habitual que asume dicha área.