Además de las infracciones por exceso de velocidad detectadas por el radar fijo ubicado en la N-340, en Torreblanca, numerosos conductores han sido sorprendidos por este tipo de dispositivos móviles cuando iban circulando por la red viaria castellonense.

Y es que en los primeros nueve meses del año pasado (últimos datos computados), los cinemómetros móviles han detectado a un total de 12.281 personas que superaban la velocidad máxima permitida mientras iban al volante de su vehículo. Durante todo el año anterior, la cifra se elevó a 16.612 infractores, es decir, una media de 1.384 denuncias al mes, o 45 conductores cazados diariamente, según los datos de la Jefatura Provincial de Tráfico.

La velocidad es una de las principales causas de siniestros en las carreteras y ya es el tercer problema de salud a nivel mundial. Por ello, los radares reducen los coches que superan la velocidad permitida en un 50% y un 60% y han evitado accidentes hasta un 45%.