Las obras de construcción de la primera planta desalinizadora de agua del mar, que se ubicará en el término de Oropesa, "se iniciarán a finales de este año o principios del 2008, para que en el primer semestre del 2009 se disponga de 18 hectómetros cúbicos anuales para el abastecimiento y desarrollo en la comarca de la Plana Alta", según informó ayer el subdelegado del Gobierno central, Antonio Lorenzo. Ya se ha adjudicado por un importe de 54,5 millones de euros y "se trata de una primera fase, que se ampliará a 36 hectómetros cúbicos", añadió.

Estas declaraciones se realizaron en la playa del Torreón, en Benicàssim, donde Acuamed ha iniciado en el litoral de la provincia la campaña informativa + agua para siempre, para dar a conocer las ventajas del agua desalada para el consumo, promoción en la que se regalan botellines. Esta acción que finalizará el 15 de septiembre.

En cuanto a la segunda planta desalinizadora que Acuamed ha previsto en la provincia, y que ubicará en Moncofa, Lorenzo avanzó que "en septiembre se aprobará la DIA", y dijo que también abastecerá a municipios como Almenara o Nules. Esta obra se licitará en octubre con un coste de 40 millones de euros.

El responsable de Relaciones Institucionales de Acuamed, Joan Navarro, quien apuntó que quedará pendiente la potabilizadora del río Mijares, se mostró convencido de que la Generalitat rebajará su posición en contra de las desalinizadoras, "en la medida que el calendario electoral se va relajando y volverá a su posición original".

En este sentido, recordó que, durante el Gobierno popular de Eduardo Zaplana, la Generalitat inició un programa de construcción de 16 desaladoras en la Comunitat, aunque solo puso en marcha una, la de Alicante 1".

"Resultaría curioso, dijo, que un PAI como Torre la Sal, cuyos permisos otorgados por la Conselleria de Territorio dependen de la existencia de la planta de Oropesa, la propia Conselleria establezca artificialmente trabas para su construcción".

CRÍTICAS AL CONSELL El representante del Gobierno en Castellón aseguró que antes de iniciarse el programa AGUA (Actuaciones para la Gestión y Utilización del Agua) casi un millón y medio de españoles bebían agua desalada de cerca de 700 plantas. "Ello nos pone sobre la pista que la oposición de la Generalitat no está basada en criterios tecnológicos, ni medioambientales, sino es una oposición pura y partidista. Lo que no quieren es que el Gobierno de Zapatero resuelva el déficit hídrico".