La presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos, Isabel Vicent Soriano, apuntó ayer que la presencia de aulas prefabricadas debería limitarse al periodo estrictamente necesario para realizar la construcción de los centros, es decir, un plazo máximo de dos años.

Según explicó, ahora hay más barracones de los que serían necesario, si bien aclaró que no está en contra de ellos, "sino de que se perpetúen".

A juicio del portavoz de FETE-UGT, Laureà Puig, el curso pasado había 260, pero este año serán más de 300. Sin embargo, según UGT, la cifra exacta solo se podrá conocer a finales del primer trimestre del curso, porque deberán habilitarse nuevas unidades por necesidades actuales o incorporaciones tardías.

Según Puig, en un año y medio, que es el tiempo que tarda en edificarse una escuela, deberían retirarlos, pero muchos se eternizan. Entre estos citó los del Tetuán 14, donde estudian los alumnos del IES Bovalar. Poblaciones como Vinaròs, Benicarló; Alcossebre; Oropesa; Castellón; Almassora; Vila-real; Burriana; Onda; Nules; Borriol, entre otras, tienen módulos. UGT también criticó el retraso de ejecución de las actuaciones, recordando, por ejemplo, que el Mapa Escolar del 96 está por acabar.

Por otro lado, Vicent consideró que en Primaria la ratio máxima debería ser de entre 22 o 23 niños. Aunque reconoció que en épocas pretéritas había clases con 40 alumnos, hoy día hay mayor diversidad en el aula, la autoridad de entonces no es la de ahora y el sistema de enseñanza también es diferente.