Los empresarios hoteleros de Castellón se frotan las manos ante la celebración del Gran Premio de Valencia de Fórmula 1, que tendrá lugar el 24 de agosto. Y es que la onda expansiva del efecto Alonso ya ha llegado a la provincia, a pesar de que quedan más de cinco meses para la celebración del evento. Así, muchos establecimientos de la capital de La Plana ya han puesto el cartel de completo los días 22 y 23 de ese mes, ante la gran demanda de peticiones de alojamiento.

El importante aforo del circuito urbano de Valencia --más de 112.000 espectadores-- hace que sea imposible para los hoteles de la capital del Turia absorber a todos los asistentes al evento, por lo que los aficionados buscan cama en nuestra provincia, preferentemente en Castellón.

Los interesados han sido bastante previsores, ya que encontrar una habitación disponible para esas fechas resulta complicado. En el AC Castellón, la encargada de reservas, Natalia Margüello, confirma que los días 22 y 23 los tienen completos "desde hace un mes y medio" y que la mayoría de clientes "vienen en grupos organizados desde agencias de viajes, hay poca gente que llega por su cuenta". El mismo escenario se encuentra en otros hoteles de la capital de La Plana, como el Jaime I, el Intur o también en el Mindoro.

EN OTRAS CIUDADES Pero no solo Castellón se va a ver beneficiado por la llegada de la Fórmula 1 a la Comunitat. El Hotel Vila-real Palace asegura desde su central de reservas que ese fin de semana "ya es imposible conseguir una cama". El Hotel Gran Peñíscola, a pesar de encontrarse a una distancia mayor de Valencia, también ha notado los efectos de la llegada de la competición y ya ha cerrado la contratación de un buen número de habitaciones, según indican.

Sin embargo, la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castellón (Ashotur) apuesta por la cautela ante las posibles repercusiones económicas generadas por la prueba. Su secretario general, Carlos Gomis, cree que "se beneficiará la ciudad de Castellón y poco más, ya que, en verano, las habitaciones de la capital están casi vacías, al contrario de lo que sucede en Benicàssim u Oropesa, que están llenas".

Y es que Gomis no quiere crear unas expectativas que luego no se cumplan, "como ocurrió con la Copa del América de Vela en el 2007, cuando, al final, todo quedó en nada".