Tras haber colonizado, verano tras verano, casi todo el litoral catalán, el temido mosquito tigre se desplaza y amenaza con instalarse en la Comunidad Valenciana y adentrarse también, en este caso siguiendo el eje del río Ebro, hacia el interior de Aragón. La especie, imparable, avanza en busca de agua, zonas de vegetación frondosa y temperaturas moderadas. El equipo de control y vigilancia del molesto insecto, creado por el Ministerio de Sanidad y coordinado por la Universidad de Zaragoza, ya ha detectado algunos ejemplares de esta especie invasora en Benicàssim, a las puertas de Castellón de la Plana. La noticia era hasta cierto punto previsible, reconoce Javier Lucientes, profesor de Patología Animal en la Facultad de Veterinaria de la universidad de la capital aragonesa. Desde que fue detectado por primera vez en Catalunya, en el 2004 en Sant Cugat del Vallès, la progresión del mosquito tigre responde al modelo de mancha de aceite, "es decir, avanza por contigüidad y se expande preferentemente hacia la costa y hacia el sur, donde las condiciones climatológicas le resultan más benévolas", indica el entomólogo. En Catalunya, el Aedes albopictus está ya presente en 170 municipios, pertenecientes a 16 comarcas distintas, según el balance hecho por la Generalitat a finales del 2010. Por el norte, donde las temperaturas no son tan favorables para su propagación, el insecto ha llegado ya hasta L'Escala (Alt Empordà). En dirección sur, su expansión ha alcanzado a Cambrils (Baix Camp).