El equipo de gobierno de la Diputación ha decidido invertir en nuevos servicios y obras que se habían quedado sin partida económica los cerca de 20 millones de euros de remanente de tesorería que dispone después de cerrar el último resultado presupuestario. De esta manera consigue, a corto plazo, inyectar dinero a los ayuntamientos y otras empresas para intentar recuperar parte de la economía provincial perdida.

Así, este superávit se transforma en dinero adicional que permite reactivar proyectos pendientes que se paralizaron a final del 2011 por no haber sido ejecutados en el ejercicio anterior.

El pleno del martes aprobará un paquete de proyectos (y convenios con terceros) que coparán la práctica totalidad del montante disponible (al resto se le dará luz verde en breve) y que beneficiará a cada rincón de la provincia. Algunas de las cantidades más importantes se destinarán al Plan Provincial de Obras y Servicios (4,1 millones); al Plan de Instalaciones Deportivas 2007-2012 (3,4); al Plan de Modernización de Instalaciones Deportivas (2,9); a depuradoras (1,1); a actuaciones de la Red Viaria 2009-2011 (1,3); o la rehabilitación del Cardenal Ram y la Fábrica Giner (Morella). El resto de la inversión se desglosa en proyectos locales que son, en la mayoría de los casos, peticiones de los propios alcaldes (ver gráfico inferior). En total, la suma de inversión nueva (2.889.000 euros) y anterior no ejecutada (17.073.706 euros) posibilita esta inyección de casi 20 millones con cargo al superávit del 2011.

El vicepresidente económico de la Diputación, Miguel Barrachina, apunta que esta medida se toma gracias al resultado presupuestario del 2011, “el mejor que ha tenido esta casa nunca”, que asciende a 15.259.000 euros (mientras que el remanente de tesorería es de 20.168.000 euros). Barrachina asevera que la clave es la contención del área de gasto. “Ningún diputado da un paso sin saber previamente si tiene dinero para ello; por eso esta Diputación es la entidad pública local con mejor situación financiera”.

El responsable económico en las Aulas resalta que incluso los entes autónomos cierran el ejercicio con superávit, “lo que permite salvar propuestas que de otro modo restarían olvidadas”. H