Domingo de calor y de fiesta popular. Amaneció nublado, pero con el paso de las horas el rey sol repartió sus doradas caricias sobre la ciudad en la que La Host del Castell Vell, singular institución magdalenera, celebró su 25º cumpleaños, y el Centro Cultural Andaluz peregrinó hasta Sant Francesc de la Font, convertida en la aldea almonteña de El Rocío para honrar a la blanca paloma en clave castellonera.

De entrada, en la basílica de la Mare de Déu del Lledó, cumbre de alcaids, máximo honor representativo de La Host: Luis Álvarez, exdirector de El Corte Inglés; el abogado José Luis Breva; el médico Antonio Folch, Vicente Gómez; el presidente del CES, Rafael Cerdá; el doctor Antonio Folch; Pepe Pascual, de la veterana Floristería Los Claveles, y el expresidente de la Diputación, Francisco Solsona, quien fue el primer Alcaid, hace ahora un cuarto de siglo.

Y fue Solsona el que impuso a la imagen de la patrona la insignia de oro de la institución. Momento solemne. De recuerdos y chanzas, de devoción sincera a las raíces castelloneras. Mientras, Vicente Gómez impondría a la Lledonera la insignia de oro de la Confraría de l’Arròs i la Taronja, sociedad gastrónomica unida a La Host del Castell Vell.

EUCARÍSTIA // Y, tras la imposición de las insignias, tuvo lugar la Eucaristía, a cargo del prior de la basílica. El presidente de La Host, José Vicente Francisco, mostraba su satisfacción de celebrar este aniversario en el templo de la patrona de los castellonenses, aunque lamentaba la imposibilidad de que el Alcaid 2012, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, no estuviera en Lledó, “ya que se encontraba en San Sebastián en un acto de partido, nos han dicho”.

Junto al presidente de La Host, otros miembros de la asociación, como Ángel Martínez y el abogado José Luis Breva Sanchis, quienes compartieron una mañana de emociones y sentimientos.

Y de Lledó a Sant Francesc de la Font. La ermita de la partida de Cap acogió la primera romería de la Virgen del Rocío en Castellón organizada por el Centro Cultural Andaluz. Los caminos de la huerta de verdes naranjales se transmutaron en marismas y arenales, en dehesas y campas, por donde discurrió la carreta enjaezada al más puro estilo sureño, cedida gentilmente por Lledó Navarro, una castellonense vestida elegantemente al uso andaluz.

Una misa de campaña oficiada por el padre capuchino Laureano, de la parroquia de la Sagrada Familia abrió la jornada en la que se fueron sucediendo los cantos a la Blanca Paloma, -¡Cantemos a la Virgen!, gritaban las mujeres sin perder el gracejo de una Andalucía tan lejos y tan cerca-, faralaes, rumbas y sevillanas, mientras el calor no hacía mella en una alegre fiesta de tronío. De señorío.

En el regreso de la peregrinación, los romeros cantaron la Salve Rociera frente al Hogar de los Ancianos Desamparados, junto a Lledó.

LA CAMARERA // El presidente de la casa regional de Andalucía, Luis Domingo de Alarcón, valoraba positivamente esta primera romería rociera. “La verdad es que está siendo un éxito”, aseguraba, dando las gracias a todas las personas que la habían hecho posible. Domingo recordó que tanto al alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, como al concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Mulet, “se les impuso la medalla del Rocío en la pasada fiesta de la Cruz de Mayo, en agradecimiento a la colaboración prestada con el Centro Cultural Andaluz”.

Satisfacción, asimismo, de la camarera de la Virgen, Josefina Sánchez, cacereña de Losal de la Vera, pero enamorada de todo lo andaluz y, especialmente, de su Rocío, y residente en Castellón desde hace 25 años. Describía su cometido al cuidado de la imagen, “como una labor realizada con mucho cariño; cuido de ella, que esté siempre ordenada y preparada para acoger a los fieles”. Y al atardecer, el final de la fiesta. Domingo andaluz. H