Síguenos en redes sociales:

Padre Ángel García Fundador Mensajeros de la Paz HOY DA UNA CHARLA EN EL HOTEL CENTER TARANCÓN, DIALOGANTE

“Dentro de la Iglesia, hay quien tiene tortícolis de tanto mirar al poder”

Es conocido y admirado por muchos de los famosos y tremendamente querido por millares de niños y ancianos de todo el mundo. Es un “auténtico héroe en la lucha contra la pobreza y la injusticia”. Así es el fundador y presidente de Mensajeros de la Paz, que hoy, a las 19.00 horas, ofrece una charla en el Hotel Center, para hablar de su labor humanitaria y social, del Papa Francisco y del cardenal Tarancón.

--Hablará en su charla sobre la corrupción y el pecado. ¿Se puede luchar contra estas realidades?

--Hemos de luchar contra el pecado y contra la corrupción, que todavía es peor. El pecador reconoce su pecado; el corrupto, por el contrario, siempre se quiere disculpar. Si el corrupto es soberbio y tiende a culpar a los demás, el pecador tiene como característica asumir su culpa y arrepentirse.

--El Papa Francisco no tiene pelos en la lengua para denunciar lo malo de la Iglesia ¿qué piensa?

--Me parece precioso que este Papa quiera ponernos a todos manos a la obra. Él ha dicho que prefiere “una Iglesia accidentada a una Iglesia enferma o muerta”; que prefiere “pedir perdón -decía a sus sacerdotes-- que pedir permiso”. Pues sí, hemos de pedir perdón cuando somos pecadores. El pecado se perdona -dice Francisco-, la corrupción, sin embargo, huele mal y hay que desterrarla. Pero les digo que hay más gente buena que corrupta. Mucha más.

--¿Existen también dentro de la Iglesia personas que se olvidan de los más desfavorecidos?

--La Iglesia a veces también parece adormecida. Algunos, incluso parece que tienen tortícolis de tanto mirar al poder y se olvidan de los preferidos de Dios. Pero también hay sacerdotes y religiosas, verdaderos apóstoles, que han perdido incluso la vida por los más desfavorecidos.

--¿Qué recuerdos guarda del burrianense cardenal Tarancón?

--Yo tengo dos influencias. La primera, don Dimas, el cura de mi pueblo; y Tarancón. Sin duda, el obispo con el que más kilómetros recorrí. Fue uno de los obispos que creía en Dios y en los hombres, y sabía dialogar. Dialogaba con Franco y dialogaba con el Papa. H

Pulsa para ver más contenido para ti