La anulación de la doctrina Parot propició ayer la puesta en libertad de dos asesinos cuyos crímenes conmocionaron a España en los años 90. Se trata de los autores de las muertes de la niña Olga Sangrador y de la joven Anabel Segura.

En concreto, Juan Manuel Valentín Tejero, asesino de la pequeña de nueve años, salió ayer tarde de la prisión de Herrera de La Mancha (Ciudad Real). La misma cárcel abandonó también Emilio Muñoz Guadix, condenado a 43 años por el asesinato de Anabel Segura.

Nadie esperaba a Juan Manuel Valentín Tejero, condenado en 1992 a 50 años de cárcel por la muerte, rapto y violación por la pequeña, que cometió cuando estaba de permiso mientras cumplía condena por tres delitos de abusos deshonestos. La pequeña, de nueve años de edad, desapareció el 25 de junio de 1992 en Villalón de Campos.

Por su parte, Anabel Segura fue secuestrada el 12 de abril de 1993 por Muñoz y Cándido Ortiz (fallecido en prisión) mientras hacía footing por la urbanización La Moraleja de Madrid. Fue asesinada y enterrada en una antigua fábrica de Numancia de La Sagra, pero se tardó más de dos años en encontrar su cadáver.

Su asesino confesó a la salida de la cárcel que no se considera un “peligro” para la sociedad, porque él ya asumió el error “grave” que cometió y lo ha pagado con su condena.

A la familia de Anabel Segura le dijo que lo siente “mucho” y que hubiera dado diez años de su vida por que el crimen “no hubiera sucedido”.

Por otro lado, la Abogacía del Estado se ha opuesto a la excarcelación de Miguel Ricard, condenado por el asesinato de las niñas de Alcàsser, que también puede salir en breves fechas. H