La Diputación volvió a vivir ayer un intenso debate con la destitución de Francisco Martínez de la vicepresidencia como telón de fondo. Pero no entre la oposición y el equipo de gobierno popular, que hubiese sido lo lógico. Francesc Colomer (PSPV-PSOE) y Enric Nomdedéu (Compromís) se enzarzaron en una inusual pelea dialéctica sobre cuál de los dos partidos ha motivado los sucesos que provocaron los cambios en el equipo de gobierno en enero, cuando se aplazó in extremis la expropiación de los terrenos en los que se iba a construir una depuradora en Borriol al conocerse que eran de una sociedad del hijo de Martínez del alcalde de Vall d’Alba.

Los dardos que se arrojaron ambos llegaron cuando se cumplían ya dos horas de pleno. Fue en ese momento cuando el portavoz socialista pidió a Javier Moliner que le exigiera al exvicepresidente primero que dimitiera. Nomdedéu, aunque votó a favor, dijo que se trataba “de una moción que no es más que pura cosmética”. La alusión se produjo porque previamente Colomer había dicho que la rebaja del sueldo de Martínez --una petición formulada el pasado día 11 por Compromís-- era “un cambio cosmético” y que lo verdaderamente importante era pedir la dimisión del alcalde de Vall d’Alba.

A partir de ahí, comenzó un cruce de reproches entre uno y otro para defender quién había dado el primer paso en todo el asunto de la depuradora de Borriol y cuál de las dos exigencias presentadas tenía más enjundia.

Nomdedéu no escatimó en ironía e hizo un símil futbolístico al apuntar que la moción socialista “ha sido como cuando un defensa llega tarde a una jugada y da una patada al contrario”.

Desde el PP, Miguel Barrachina defendió la tesis del nacionalista: “Colomer presenta la moción desde la amargura y la frustración. Ustedes se han quedado viéndolas pasar en todo este asunto y su rédito electoral no ha mejorado. Esta moción no vale para nada porque, como todo el mundo sabe, el acta es personal”. El socialista replicó al portavoz del PP: “Claro que es personal, pero Moliner debe pedirle a Martínez que se vaya y así sabremos si este tiene la cara dura de seguir en la Diputación”. Barrachina defendió, además, la continuidad de Martínez como diputado porque en este caso “no ha habido irregularidades, solo pérdida de confianza”. La moción fue rechazada, cosa que no sucedió a la hora de incluir una modificación del reglamento interno de la Diputación para que la nómina de los diputados vaya según su responsabilidad, es decir, que Francisco Martínez no cobre 39.000 € al año tras no tener competencias. H