La Memoria 2013 de Cáritas en la diócesis de Tortosa, a la que pertenecen el 30% de los municipios de la provincia de Castellón, alerta de “un crecimiento alarmante de la pobreza”. Y, como principal causa, cita la “falta de trabajo, con un 25% de paro” en estas comarcas, y un “9,2% de exclusión severa”. Lo dijo ayer el obispo, Enrique Ballester, que presidió la presentación del documento con las cuentas del ente. “Ocho de cada 10 euros van a las personas, a las familias”, remarcó el prelado tortosino en su intervención.

El obispo, junto con el delegado de Cáritas en la diócesis, destacó, reiterando la problemática también existente en la diócesis de Castellón, que “por primera vez hay más familias nacionales que extranjeras, con un crecimiento de un 5% en solo un año”.

Cifra a cifra, la diócesis atendió durante todo el año a 11.868 personas, 10.349 de ellas en busca de alimentos básicos para su subsistencia más diaria, y 9.281 recibieron ropa. “Lo más preocupante --señala la Memoria 2013-- es la alta pobreza infantil, derivada de la pobreza crónica de las familias, lo que supone una grave amenaza para el devenir de las futuras generaciones”. 890 personas acudieron a los comedores sociales de la diócesis y 166 niños pidieron refuerzo educativo, sobre todo en becas comedor.

PRESUPUESTO // En total, Cáritas manejó en el 2013 un total de 1.300.118 euros, de los cuales 1.148.314 se destinaron a acción social directa a las familias y otros 151.804 fueron a proyectos concretos, con lo que el 83% del presupuesto --ocho de cada 10 euros-- va a ayudas a las personas en situación de carencia. El otro 17% corresponde a sueldos y gastos de funcionamiento.

De este montante, el 69%, es decir, 1,080 millones de euros, procede de recursos generados por Cáritas, bien donaciones, bien programas específicos de caridad; 400.000 euros, de subvenciones, sobre todo del 0,7% del IRPF ciudadano; 134.751 euros, de aportaciones de la Iglesia, y 10.723 de otros ingresos.

Cáritas ha puesto un punto y aparte en la evolución del perfil de las personas atendidas. Al igual que en Castellón, la edad está comprendida entre los 30 y los 50 años, aunque en las parroquias de la diócesis de Tortosa, la mayoría son hombres. “El 79% de los que acuden a Cáritas --señala el documento--, tienen un nivel de estudios inferior o igual a Primaria, lo que equivale a que el fracaso escolar lastra una futura exclusión. Eso debe cambiar”. H