La mala planificación urbanística hará aumentar el riesgo de sufrir inundaciones en 106 localidades de la provincia. El Plan de acción territorial sobre prevención del riesgo de inundación de la Comunitat Valenciana (Patricova), cuya nueva versión está actualmente en exposición pública, destaca en su memoria cómo la mayoría de los municipios castellonenses serán más vulnerables a las acometidas de agua en un futuro que actualmente. Y esto se debe fundamentalmente al urbanismo poco planificado, tal y como han concretado a este diario expertos en ordenación del territorio.

De esta manera, a pesar de las obras de encauzamiento y de prevención de riadas que se han llevado a cabo en los últimos años (muchas de las cuales todavía están pendientes, tal y como ayer informó Mediterráneo), la tendencia habitual que se viene registrando en los últimos años y que continuará en el futuro es de que el riesgo se incremente.

La vulnerabilidad de las localidades y de su población tiene un factor de riesgo evidente, basado en el aumento del tamaño de los municipios. Pero en vez de minimizar esto con un planeamiento adecuado, la inmensa mayoría de las localidades planifican su expansión en sus planes de ordenación urbana sin atender a criterios de prevención de avenidas.

solo mejoran dos // En este sentido, solo dos de los 135 municipios castellonenses, Almenara y Càlig, tienen una tendencia a reducir el peligro de sufrir una inundación y de que esta haga menos daño en su término municipal. Entre el resto, 27 no varía su tendencia, porque son localidades sin riesgo de sufrir inundaciones y continuarán igual. En cambio, excepto aquellas dos, todas las que en el Patricova están catalogadas con algún tipo de riesgo tenderán a aumentarlo.

Entre ellas están todas las grandes localidades provinciales. Y todas las que tienen un peligro relevante, encabezadas por la capital castellonense --la única de la provincia catalogada como riesgo de Nivel IV--. Las otras siete encuadradas en las del Nivel II (Almassora, Benicarló, Benicàssim, Burriana, Orpesa, Peñíscola y Vinaròs), también serán más vulnerables a corto plazo.

Ello se debe fundamentalmente a que, en los años del boom del ladrillo, “se desarrolló muchísimo suelo y se planificó para desarrollar muchísimo más”, señalan los técnicos de ordenación del territorio consultados por este diario. Aunque después no se haya construido en esas zonas, en muchos casos se urbanizaron y parcelaron los terrenos, y en otros el desarrollo quedó marcado en planes generales y planes de actuación integrada susceptibles de ser desarrollados en un futuro, y que perjudicarán la capacidad de respuesta del territorio frente a las inundaciones.

Así, con las mismas precipitaciones, al acumular construcciones o impedimentos para que circule el agua en zonas inundables, estos 106 municipios castellonenses tendrán más probabilidad de quedar inundados. H