Los centros critican que el nuevo proceso de escolarización que se pone en marcha cara a la matrícula del curso que viene supondrá cuadruplicar el trabajo. Los directores denuncian que el hecho de que se bareme por igual las 10 opciones de las familias supondrá que todos los centros tendrán que introducir en el sistema informático todas y cada una de las solicitudes, sean la primera preferencia en la lista o la décima.

El director del colegio Gaetà Huguet, Alfredo Mercé, explica que, además de “no saber cuándo arrancará” el proceso, “la carga burocrática y administrativa de los equipos directivos se multiplicará por cuatro, al tener que introducir las instancias de cada alumno potencial, y no como antes, que solo eran las de primera opción”. Mercé señala que “después, los datos los pondera el sistema informático, como en el concurso de traslados del profesorado, y se van eliminando las opciones con las puntuaciones”.

“El mayor problema será en los centros más demandados, sobre todo en la capital, por el volumen de escolares y colegios”, según Víctor Selusi, portavoz de la Asociación de Directores de Primaria y director del Cardenal Cisneros de Almassora. “Es una barbaridad, y además, con la carga de trabajo de estar en la recta final del curso, sin administrativos y sin liberarlos de las clases”, criticó.

Los directores inciden en que, además, este año, por primera vez, la Conselleria cuenta como una opción diferente la elección lingüística. “Se puede elegir un centro en valenciano en la primera opción, y en castellano en la segunda, y cuenta diferente”, explica el director del Gaetà. H