Era día para saborear el triunfo y marcase los primeros deberes. El reelegido secretario general del PSPV y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, mostró ayer a Mediterráneo su satisfacción por los resultados, especialmente, los que ha cosechado en su provincia, Castellón, donde logró vencer a su rival, el alcalde de Burjassot y candidato apoyado por Ferraz, Rafa García, con un 68% de los votos. «Estoy contento por el apoyo de la provincia; agradezco a los compañeros el respaldo recibido», aseguró Puig.

Y es que el presidente consiguió imponerse a su contrincante en casi todos los municipios, con las excepciones más claras de Castellón y Onda, a pesar de que los socialistas gobiernan estos ayuntamientos. Hay mesas electorales donde la victoria de Puig fue apabullante y García no logró ningún voto. Es el caso, por ejemplo, de Llucena, Torreblanca, Sant Mateu o Traiguera.

Ahora Puig tiene 10 días para confeccionar su ejecutiva, que deberá ser ratificada por los delegados del congreso del PSPV, que se celebrará en Elche del 28 al 30 de julio. De momento, el jefe del Consell asegura que no ha pensado ningún nombre todavía, aunque ha avanzado que Castellón «estará bien representada». En esta línea, resaltó la buena sintonía en cuanto a ideas y proyectos que comparte con el secretario del PSPV en Castellón, Francesc Colomer, quien ayer insistió en que el triunfo de Puig es el de la «responsabilidad» y confió en que la provincia tenga un papel fundamental en los nuevas directrices que el partido debe marcarse. «El norte de la Comunitat somos fundamentales para no perder el norte», parafraseó Colomer.

HOJA DE RUTA

Entre los retos que tiene ahora pendientes está, según sus propias palabras, «situar al PSPV en un partido de referencia capaz de resolver los problemas de los ciudadanos». «Hace cinco años, el objetivo era pasar de la oposición al Gobierno, mientras que ahora es actualizar el funcionamiento, gestionar este espacio para que nuestra presencia no sea solo de cuatro años y podamos seguir implantando políticas sociales y de bienestar».

TENSIÓN CON SÁNCHEZ

Sin duda, la campaña de las primarias ha estado marcada por la tensión que se respiró entre ambos candidatos, especialmente, durante el debate en Blanqueries. Y es que García fue el candidato puesto por el secretario del PSOE, Pedro Sánchez, para hacer frente a Puig, quien se posicionó a favor de la presidenta andaluza Susana Díaz en la ardua batalla que ambos protagonizaron para hacerse con las riendas de Ferraz. Ahora que Puig ha conseguido afianzar su liderazgo en la Comunitat, el de Morella pide al líder del PSOE «lealtad de ida y vuelta, que signifique sumar sinergias». «Pedro contará con mi apoyo para ser presidente y yo le plantearé las necesidades de nuestra tierra. Cada uno tiene su espacio», apuntó Puig, al tiempo que avanzó que tiene previsto verse pronto con Sánchez, pero aún no hay fecha para el esperado encuentro.

Una reunión que, probablemente, servirá para rebajar la tirantez. De todos modos, será la confección de la nueva ejecutiva del PSPV el elemento clave que puede acercar posturas. El castellonense Pep Lluís Grau, fiel escudero de Sánchez, quien le ha asignado un puesto en el comité federal, reclama a Puig una «renovación total» del partido y aventura que si hubiera habido más tiempo para preparar las primarias habrían ganado.

Por su parte, el secretario de Organización del PSOE y secretario provincial de los socialistas valencianos, José Luis Ábalos, quien también auspició la candidatura de García, aseguró ayer que no se sentía «nada fracasado» por la victoria de Puig en las primarias del PSPV.