La matrícula a plazos se impone en la UJI y ya son dos de cada tres alumnos los que optan por fraccionar el pago en dos o siete mensualidades. Cuando muchas familias de bachilleres están haciendo cuentas de cuánto les va a costar que sus hijos empiecen una carrera el curso que viene, la medida ha dado un giro de 180 grados desde que se pusiera en marcha, en el 2009, hace casi una década, y ha ido a más año tras año hasta este curso, en el que ya llega a duplicarse.
Lo dicen las cifras: 4.512 pagan a toca teja, de una vez; mientras que 9.078 lo hacen en dos (3.434) o en siete (5.644). «Esta flexibilidad supone un balón de oxígeno para las familias, que deben afrontar matrículas de entre 1.000 y 1.700 euros, eso en el caso de que el universitario lo apruebe todo a la primera; la segunda y hasta la cuarta convocatoria va subiendo el precio; y más aún en los másters», como explica el portavoz del Consell de l’Estudiantat, Jorge Ribes.
La vicerrectora de Estudiantes, Pilar García Agustín, señala que «la Universitat es consciente de la difícil situación de muchos alumnos y el fraccionamiento se ha ido generalizando». El primer curso en el que se permitió este pago a plazos, entonces en dos o en cuatro, fueron 4.916 alumnos (4.438 y 478, respectivamente), Y 7.840 lo hicieron en uno. Ahora, la tendencia se ha revertido.
TASAS //
Fue el incremento de las tasas generalizadas impuesto por el Ministerio de Wert, el que disparó la tendencia, en el 2012, pero la reciente bajada propuesta por el conseller de Educación, Vicent Marzà, que llega al 15% (unos 200 euros menos) no ha frenado la iniciativa en los tres últimos años.
El año pasado, sin ir más lejos, el porcentaje fue del 62,5% fraccionado, frente al 38,5% del 2012. Este año crece un poco más, hasta el 66,7%, lo que supone que dos de cada tres de los 13.590 estudiantes de Riu Sec se apuntan a pagar a plazos. La acogida es «buena, tanto en grado como en máster», asegura la vicerrectora García Agustín, con «un importante descenso curso a curso en el abono único».