Recuperar el Ministerio de Igualdad es una buena noticia. Sitúa el combate contra el machismo en primera línea. Que la titular ostente también la vicepresidencia del Gobierno es toda una declaración de principios. También ese Gobierno plagado de mujeres. Augura que el feminismo va a impregnar su labor. Y tiene trabajo.

«Quizá la insistencia en afirmar que el masculino genérico invisibiliza a la mujer traiga consigo estas lamentables confusiones». Con este tuit despachó la RAE (Real Academia Española) a una usuaria que apelaba a la institución ante el flagrante abuso de una aceitera de Córdoba. La empresa no quiere pagar los atrasos a las trabajadoras alegando que el convenio colectivo solamente se refiere a trabajadores.

LA REAL ACADEMIA podía haberse limitado a recordar la gramática: «El género no marcado en español es el masculino, y el género marcado es el femenino». Así, habría desnudado el machismo de la aceitera, y su ignorancia. Pero en un gesto de desprecio, o de despecho, la RAE optó por esa rancia tendencia a cargar la culpa en las víctimas de la discriminación.

La RAE anuncia cada año las nuevas palabras que incorpora a su diccionario (por cierto, «invisibilizar» aún no está en él). La lengua no es inamovible. Y el lenguaje no es inocente. Las mujeres crecemos asociando lo masculino a lo universal. No es un asunto baladí. El uso del lenguaje no sexista merece un debate profundo. Despreciarlo o ridiculizarlo también nos define como sociedad.

*Periodista