La vida se alarga cada vez más y eso explica porqué hay un colectivo, el de los pensionistas, que en Castellón crece y cree. Y tiene más poder que nunca. Esta semana los viejenials (a muchos no les gusta el vocablo) han vuelto a tomar las calles en defensa de unas pensiones dignas y amenazan al Gobierno con un otoño caliente. Que en Castellón el colectivo de pensionistas es cada vez más amplio es algo que demuestran todas las cifras oficiales. Solo en el último año, el número de pensiones que abona la Seguridad social en la provincia ha aumentado a otro 1,4%, al pasar de las 128.302 de septiembre del 2017 a 130.069. O lo que es lo mismo: cada mes que pasa Castellón suma casi 150 nuevas. Y la tendencia al alza continuará, dado que en 2050 los expertos estiman que habrá 76 personas mayores de 65 años por cada 100 entre 20 y 65.

El incremento de la cifra de personas que viven de una pensión (jubilados, viudos y quienes reciben una paga por incapacidad) no es exclusivo del último año, pero lo que la estadística demuestra es que la tendencia se ha acelerado en el último lustro. En apenas cinco años el peso de los pensionistas ha aumentado un 5%, al pasar de los 123.985 del 2013 a los algo más de 130.000 de ahora. Si se comparan los datos de este septiembre con los de hace diez años, la diferencia todavía resulta más abismal: casi 15.000 nuevas pensiones en Castellón en apenas diez años.

El número de pensionistas bate récords años tras año y el por qué de este fenómeno es bien conocido. Por una parte, el comienzo de las jubilaciones de la generación del baby boom. Por otro, la falta de oportunidades con la que se han encontrado estos últimos años las personas que perdieron su empleo más allá de los 55 años y que, mayoritariamente, se vieron abocadas a una jubilación anticipada abandonando antes de tiempo el mercado laboral.

El envejecimiento de la población provoca que cada vez haya más pensionistas en Castellón y eso, lógicamente, presiona sobre la sostenibilidad financiera y la adecuación de los ingresos del sistema de pensiones. Porque a la par que engorda el número de perceptores sube el gasto al que hace frente cada mes la Seguridad Social. Y, pese al positivo ritmo de creación de empleo, los ingresos por cotizaciones no están aumentando lo suficiente como para equilibrar la caja.

EL GASTO CRECE Y CRECE

De enero a julio de este año, el gasto total en pensiones ha alcanzado en Castellón los 816 millones de euros, lo que arroja un coste medio de 116,5 millones al mes. Y esto contando exclusivamente las pensiones contributivas. A eso habría que añadir el desembolso que suponen las pensiones no contributivas, si bien este gasto es financiado directamente por el Gobierno mediante aportaciones finalistas con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, no a través de la caja ordinaria. En el 2017 el Estado destinó casi 1.400 millones a pagar las pensiones de la provincia, mientras que los ingresos vía cotizaciones se quedaron en 1,148,7 millones.

La factura de la Seguridad Social sigue subiendo peldaños de forma contundente y lo hace porque cada vez hay más perceptores y, también, por el aumento del importe medio de las pensiones. Un ejemplo. La paga media que han recibido este septiembre los 130.000 pensionistas de Castellón ha ascendido a 850,11 euros (952,87 en el caso de los jubilados), un 3,9% más que en el mismo mes del año anterior, cuando la cantidad fue de 818,55 euros.

Las previsiones de gasto público para este año dan fe, de nuevo, de esa escalada del coste público por pensiones. Tanto que el Gobierno de Pedro Sánchez ya ha anunciado que recurrirá al Fondo de Reserva de la Seguridad Social para garantizar la paga extra de los pensionistas del próximo mes de diciembre. Y todo eso después de que este septiembre la nómina de las pensiones en España haya marcado un nuevo máximo: 9.235 millones de euros.