Aunque todavía no se ha planteado de manera oficial, la cooperativa Nulexport baraja la posibilidad de pedir a sus trabajadores que acepten un «descuelgue» del convenio colectivo que permita una rebaja salarial a dos años, como una medida más para tratar de superar la difícil situación económica que atraviesa.

A falta de abrir el periodo de consultas por el procedimiento administrativo pertinente, esta propuesta se les ha hecho llegar a los empleados, según manifestaron algunos de ellos a Mediterráneo, para sondear cuál sería su posición. Estos no han tardado en movilizarse y ayer por la tarde se celebró una multitudinaria asamblea en la antigua Cámara Agraria de Nules, en la que se trasladó a los asistentes la que sería la propuesta inicial de la empresa.

En la primera temporada --la que está por empezar-- la rebaja sería del 9.25%, lo que supondría unos 5,92 euros menos al día, y en la segunda temporada se propone un 5,75%. La respuesta de quienes asistieron a la reunión de ayer fue coincidente y prácticamente unánime: no están dispuestos a aceptar estas condiciones y los motivos son diversos.

Según los trabajadores consultados, «aceptar una rebaja de este tipo no solo es asumir que te van a bajar el sueldo, también pierdes cotizaciones, te afecta en las bajas, en la jubilación...». Además, entre los principales inconvenientes para estos empleados está el hecho de que son temporeros, pues la gente trabaja de dos a seis meses como máximo, por lo que «aceptar una disminución en estas condiciones no es posible».

Con esta medida, solo el primer año la cooperativa esperaba ahorrar unos 700.000 euros, aunque la cuestión está lejos de resolverse de forma amistosa, en vista de la reacción de los empleados.

De cualquier modo, las mismas fuentes insistieron en que «no hay una propuesta formal» y todos son conscientes de que la reforma laboral «facilita este tipo de soluciones a las empresas». Con todo, quisieron recordar que «Nulexport ha sido una empresa puntera en la protección de los derechos de sus trabajadores y han estado presentes en muchas negociaciones del convenio colectivo», de ahí que consideren tan difícil aceptar una propuesta de estas características, «que es la consecuencia de una mala gestión en una empresa con muchas posibilidades». Así las cosas, la gestora que se ha hecho cargo de dar salida a la crítica situación económica que ha desencadenado un posible conflicto con la plantilla, sigue buscando opciones para reconducir la crisis a la que han tenido que hacer frente.

Además de buscar fórmulas para reducir los gastos ordinarios, la firma también trata de encontrar socios para una posible fusión que garantice su viabilidad.