La Comunitat ya cuenta con 86.973 tests rápidos, distribuidos por el Gobierno, para realizar de forma prioritaria al personal sanitario, a los trabajadores y usuarios de las residencias de mayores, a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, así como a todos los empleados de los considerados servicios esenciales. Estos colectivos serán los primeros, pero la consellera de Sanidad, Ana Barceló, consideró ayer «lógico» que se realicen también a los trabajadores que se reincorporen a sus puestos para evitar que se conviertan en un nuevo foco de contagio. Este sería el caso de los empleados de la industria o la construcción, como el sector azulejero, que prevé la próxima semana retomar la actividad tras un periodo de permiso laboral retribuido que la plantilla deberá devolver a la empresa.

De todos modos, Barceló espera las directrices del Ministerio para saber a qué personas habrá que ir haciéndole las pruebas para evitar nuevos focos de propagación cuando se levante de forma paulatina el confinamiento. Y es que, a pesar de la llegada de estos test, Sanidad sostiene que siguen siendo «insuficientes» y se requerirán más para poder hacer un control más exhaustivo y detectar casos asintomáticos o iniciales. «Van a ser necesarios más test, pero aún hay tiempo para adquirir más y llegar a la cantidad que consideremos suficiente», añadió Barceló.

voluntarios // También está sobre la mesa la posible obligatoriedad de estas pruebas. En ese sentido, Barceló afirmó que, aunque de las indicaciones trasladadas por el Ministerio se deduce que serán voluntarias, lo «lógico» es que conforme se vaya levantando el confinamiento se pida un certificado a las personas que se desplacen a trabajar de que no son portadores del virus.