El mundo del arte no es ajeno a la pandemia que está azotando el mundo entero. Una buena muestra de ello son las obras que está realizando estos días el artista castellonense más internacional, Juan García Ripollés, cuya principal temática es precisamente el coronavirus. A sus 88 años, Ripo se considera un privilegiado dentro de esta situación, pues se ha confinado en su residencia, ubicada en plena naturaleza: “Por el campo no pasa nadie, así que puedes pasear tranquilamente sin encontrarte a nadie”, asume.

Un buen número de los cuadros que está realizando el pintor y escultor se están vendiendo en China y Taiwan, países en los que cuenta con un buen número de apasionados de su obra, aunque añade que otros muchos se quedarán en España. “Estoy trabajando con toda la intensidad y con muchas ganas”, asegura el artista, que no oculta su preocupación por el mundo que le rodea a día de hoy: “Socialmente veo el panorama muy difícil. Sufro mucho y por eso he pintado sobre la pandemia, porque estoy preocupado por mi Castellón y por el mundo en un momento único en la historia porque por primera vez tenemos una situación económica de guerra estando en paz”. Afirma que en sus últimas obras, que versan sobre la covid-19 que tan nefastas consecuencias está teniendo, está pintando “con rabia porque creo que no se está gestionando bien el tema”.

En resumen, Ripo asegura estar en plena forma y cuenta con un ‘médico’ privado de excepción, pues su hijo Natalio es un reputado investigador en la Universidad de Bonn que está investigando precisamente sobre el coronavirus y le da los mejores consejos: “Es una bellísima persona y muy inteligente”.

Sobre la producción que está llevando a cabo afirma que “algunos cuadros cuestan más que otros, pero es normal porque una cosa es el trabajo de artesano, que es más mecánico, y otro el mundo de la creatividad, que no tiene un oficio y no tiene unas normas. Puedo estar un día sin pintar nada, pero igualmente he trabajado mucho”. Por último, sobre el éxito que sus obras están teniendo lejos de España concluye lo siguiente: “Me gustaría que algo se quedara aquí, pero el mundo es muy grande y yo soy muy pequeño”. Genio y figura.