Dice el dicho que de fútbol y medicina todo el mundo opina, pero en estas últimas semanas nadie puede hablar de fútbol por inexistente, mientras que muchas son las opiniones que se vierten sobre el coronavirus. Pocas tan documentadas, eso sí, como la de Natalio Garbí -hijo del artista Ripollés- , pues el castellonense lidera un laboratorio en la Universidad de Bonn que tras descubrir una célula en el pulmón clave para combatir varias enfermedades, aplica sus conocimientos en la lucha contra el covid-19.

Al valorar su «humilde contribución» a la lucha contra el coronavirus, Garbí explica lo siguiente: «Estudiamos los linfocitos T, que entre muchas funciones matan a las células infectadas con virus como esta covid-19. Tratamos de averiguar si en las vacunas sería beneficioso incorporar estrategias para activar esas células al margen de anticuerpos porque forman parte del sistema adaptativo de la memoria inmune».

Su laboratorio trabaja junto a otros centros de Alemania que luchan contra la devastadora enfermedad y espera averiguar pronto «si estos linfocitos T se sobreactivan para luchar contra el coronavirus y son perjudiciales para el organismo al matar también las células buenas, atacando a los pulmones en las neumonías».

Considera que estos estudios pueden contribuir a obtener vacunas seguras y eficaces, pues «estas células se pueden incrementar o reducir al ser una respuesta natural del cuerpo a la enfermedad». Precisamente sobre la esperada vacuna, el científico se muestra «razonablemente optimista. Estamos todos haciendo un esfuerzo muy grande, desde los ciudadanos, a los gobiernos, y los científicos también. Son muchos los laboratorios que han dejado las líneas de investigación que estaban siguiendo para centrarse en el coronavirus y nosotros somos un ejemplo de ello».

Pese a que prefiere no dar plazos, confía en que «antes de los plazos habituales» pueda estar en el mercado la vacuna porque «los laboratorios están compartiendo muchos datos. Es una experiencia muy bonita por la interacción que existe entre científicos y el avance es espectacular, pero el problema no es el de producir la vacuna, sino el de que pase todos los protocolos de seguridad para prevenir que pueda presentar efectos secundarios adversos». Afirma Garbí que pueden existir ya «hasta 40 prototipos de vacunas en todo el mundo gracias al esfuerzo de todos».

Acerca del tratamiento que se está llevando a cabo en los enfermos, Natalio Garbí lamenta que «no existe uno específico, pero sí que se aplican varios estudios distintos. No me extrañaría que dentro de un tiempo, lo antes posible, se pueda encontrar uno que se demuestre que funcione». Hasta entonces asegura que «habrá que confiar en los sistemas sanitarios, que en el caso de Alemania o España son excelentes».