La hostelería y el ocio nocturno colapsaron ayer València con una completa jornada de protestas contra el Plan Resistir de la Generalitat valenciana, que califican de «limosna». En la más llamativa, la caravana de la hostelería, desde Castellón se desplazaron alrededor de 450 vehículos, incluidos cuarenta autobuses. Una vez en València atascaron el centro de la ciudad, sumando un millar de vehículos a nivel autonómico.

El sector del ocio y la hostelería al completo inundó las calles de València para reclamar «un verdadero plan de rescate inmediato» en lugar del anunciado por la Generalitat, que consideran «absolutamente insuficiente».

La jornada constó de una triple convocatoria de protestas, a su vez complementarias. Comenzó con la cacerolada convocada por la Coordinadora Empresarial del Ocio y la Hostelería, celebrada en la plaza Manises, donde se lanzaron céntimos a las puertas del Palau para escenificar la «calderilla» que supone, a su parecer, el Plan Resistir.

Cerca de allí, en la plaza de la Virgen, y con presencia del presidente de la CEV, Salvador Navarro, las patronales de la hostelería y del ocio, Conhostur (representada en Castellón por Ashotur) y Fotur, se realizaba una masiva concentración, a la que se unieron finalmente los participantes en la caravana organizada por la Asociación Hostelera de Castellón (Ashocas) junto a la Asociación de Empresas de Autocares (Direbus), entre otras asociaciones.

Allí, en la Plaza de la Virgen el presidente de Ashocas, Álvaro Amores participó en la lectura del manifiesto en favor del sector. «Detrás de cada plato, de cada menú, de cada comida familiar o de negocios, hay muchas personas que viven de ello, cocineros, camareros, personal de limpieza, carniceros, pescateros, panaderos… ya está bien de campañas de marketing y de cortinas de humo, necesitamos un plan de rescate ahora o nos van a arruinar», afirmó.

Posteriormente, una comitiva cívica se desplazó a depositar una corona fúnebre, como ya viene siendo habitual, en el Palau de la Generalitat simbolizando la muerte del sector debido a las restricciones tomadas por el Consell. Además, Conhostur reclamó una mayor «velocidad de vacunación», al considerar que con la actual es probable que «el verano se pierda también y eso sería ya una locura», una preocupación creciente y compartida por todo el sector.

más protestas / Desde Ashocas, por su parte, se anunciaron nuevas protestas. La próxima cita en el calendario es una cacerolada en la plaza María Agustina para el jueves 4 de febrero, con una marcha por la calle Mayor que finalizará en el Ayuntamiento de Castelló, para exigir ayudas a todas las administraciones, no solo a la Generalitat. «No nos vamos a quedar de brazos cruzados hasta que no se tomen medidas políticas, no aguantamos más y una vez más ha quedado demostrado que llegaremos donde sea necesario», aseguran desde la asociación.