En el turno de ruegos y preguntas, la posibilidad de que Castelló se quede este verano sin chiringuitos en la playa salpicó el pleno municipal. Tanto el Partido Popular como Ciudadanos pusieron el tema encima de la mesa. La respuesta del equipo de gobierno, representado en esta cuestión por la edila de Turismo, Pilar Escuder, y la propia alcaldesa, Amparo Marco, fue clara. La autorización no depende del Ayuntamiento, sino de Costas, y el consistorio está haciendo «todo lo posible para que puedan abrir». La catalogación de las playas de Castelló, en nivel 2, es una de las claves del meollo.

Las alarmas saltaron a principios de semana, cuando los propietarios de los chiringuitos hicieron pública la recepción de una notificación del Ayuntamiento que les instaba a desmontar las instalaciones. Desde la asociación de chiringuitos indicaban que en caso de hacerlo, y de tener que volver a montarlos para el 1 de julio (cuando arranca el permiso estatal de Costas), no habría chiringuitos en Castelló este verano, ya que no podrían asumir ese coste. Desde el consistorio, al contrario que los afectados, defienden que éstos conocían de antemano que no podrían abrir hasta julio, pero aún así comenzaron el montaje.

En manos de Costas

Así lo remarcó, tras la primera pregunta del edil de Ciudadanos, Vicente Vidal, la concejala Escuder. «Los propietarios saben perfectamente y son conscientes de que el plan de explotación de playas no depende de ningún ayuntamiento, sino de Costas», aseguró. En la licitación, indicó, «consta claramente por escrito que está vinculada al plan de explotación de playas, y se permite abrir a partir del 1 de julio». A su vez, aseguró que el consistorio «está haciendo gestiones y consultas para que pueda ser cuanto antes». Además contó que han mantenido reuniones periódicas con los propietarios, y que la propuesta de Castelló para la explotación de las playas se envió a Costas con margen, «en febrero». La resolución llegó, sin embargo, el 31 de mayo. «Se presenta el plan, pero aprobarlo no está en nuestras manos», dijo.

A continuación, fue la portavoz del PP, Begoña Carrasco, quien retomó el tema del chiringuito. Achacó a la «nefasta gestión del equipo de gobierno y a la nefasta relación entre tres administraciones (Ayuntamiento, Generalitat y Gobierno) gobernadas por el Partido Socialista» que «por primera vez corramos el riesgo de que no haya chiringuitos en nuestras playas». Preguntó cómo iba a solucionar el ayuntamiento el problema, y por qué no se alegó la catalogación de la playa por el Pativel, «un plan de (Ximo) Puig que no alegamos y por eso tenemos este problema».

La alcaldesa Marco explicó entonces que la catalogación de las playas de Castelló, por razones medioambientales, es de nivel 2, diferente, por ejemplo, a las de Benicàssim. Insistió en que el Ayuntamiento «está haciendo todo lo posible, como hemos hecho siempre, para que se puedan abrir», manteniendo un equilibrio con el cuidado medioambiental. «Lo hemos intentado, como el año pasado, tanto con Conselleria como con Costas, pero la legalidad, nos guste o no, hay que cumplirla», apuntó Marco. 

La solución duradera pasaría por el cambio de nivel de las playas del Pinar y Gurugú, y dejar la zona protegida para el chorlitejo patinegro (cuya nidificación se produce en estas fechas) en el Serradal, aunque este cambio podría generar discrepancias con otros socios de gobierno.

Mientras tanto, Castelló sigue sin saber si podrá disfrutar de los cuatro chiringuitos previstos, repartidos inicialmente entre las playas del Pinar y del Gurugú. La asociación de chiringuitos fijó para el día 20 de junio el límite para encontrar una solución.