La tensión ha marcado la jornada de presentación de la remodelación de la avenida de Lledó a alrededor de una cincuentena de vecinos y representantes de colectivos que fueron los que han asistido en la tarde de este miércoles al encuentro en la Cámara Agraria convocado por el Ayuntamiento de Castelló. Una tirantez que incluso ha ocasionado en algún momento el enfrentamiento entre los propios vecinos asistentes ya que no se escuchaban unos a otros.
En la reunión algunos de los asistentes han mostrado su desacuerdo con las obras y han denunciado la falta de «participación vecinal y de información por parte del Ayuntamiento de Castelló con respecto a esta rehabilitación». Entre las preocupaciones que dejado ver afectados por los trabajos urbanísticos han destacado el hecho de que el parque Rafalafena pueda convertirse en un lugar de botellón y zona de inseguridad al quitarse la parte de la valla que recae sobre la avenida para integrar el recinto en la misma y, principalmente, los sentidos de circulación por las calles adyacentes, así cómo quedará el tráfico que se distribuirá preferentemente entre las calles Rafalafena y Capuchinos (la actual previsión es susceptible de ser revisada si no llega a encajar, según han comentado fuentes municipales. Unas cuestiones que han escuchado tanto el concejal de Movilidad, Jorge Ribes, como el edil de Urbanismo, José Luis López, y que han explicado los responsables de la obra que ejecutará la UTE Becsa-Telecso por 3,3 millones. También han asistido los concejales David Donate, Mary Carmen Ribera y Fernando Navarro.
Plan de obras
En cuanto al plan de obras previsto, estas se iniciarán a final de mes para cumplir con el plazo de ejecución de once meses. La primera fase, desde la rotonda de la ronda hasta la basílica se ejecutará en febrero y marzo; la segunda, desde esta rotonda hasta la escultura de Tombatossals, se iniciará después de las fiestas de la Magdalena para concluir en septiembre y, la tercera, el tramo más urbano hasta la plaza María Agustina, dará comienzo en julio, una vez terminado el periodo escolar y aprovechando el verano para «minimizar la afección a los vecinos, escolares y comercios», según ha explicado el edil Ribes. Esta concluirá en diciembre.
Los concejales del gobierno local han insistido en que no existirá ningún problema de acceso a los garajes de los residentes ni para realizar la carga y descarga para los comercios, así como se permitirá el acceso a vehículos de emergencia o similares.
