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Informe

La movilidad en el futuro Castelló

El Ayuntamiento acelera para aprobar antes del parón estival la nueva ordenanza que subraya la apuesta del tripartito por una ciudad amable para peatones y ciclistas e incluye la Zona de Bajas Emisiones

Un ciclista avanza por un carril bici en la capital de la Plana, mientras los coches esperan en la rotonda. Gabriel Utiel

Castelló no queda exento del proceso de transformación de la movilidad que se está impulsando desde la Unión Europea, donde el coche --en especial los de motor de combustión-- retrocede ante los vehículos colectivos y/o sostenibles. El Ayuntamiento, que ya ha potenciado la movilidad sostenible en los últimos años a través de la construcción de carriles bici y la peatonalización o semipeatonalización de viales, entre otras medidas, va a seguir perfilando esas políticas en su apuesta de presente y futuro por una ciudad amable para peatones y ciclistas. 

En esta estrategia cobra especial importancia la inminente aprobación de la nueva ordenanza municipal de movilidad sostenible, que pasará por pleno antes del parón estival y que regulará, entre otros aspectos, el uso de bicicletas y patinetes, la seguridad vial, la señalización, las zonas de carga y descarga, el acceso al casco histórico, el transporte público o la futura Zona de Bajas Emisiones (ZBE).

«La movilidad sostenible se ha convertido en uno de los principales temas de debate en los últimos años, precisamente porque estamos viendo que el abuso que se ha hecho del vehículo privado, en especial por dentro de las ciudades, no era lógico ni sostenible», razona Jorge Ribes, el edil de Movilidad de Castelló. «Urge readaptar las ciudades para las personas y para medios de desplazamiento sostenibles y en esa línea estamos trabajando», añade.

El centro, con ZBE

La ZBE de Castelló abarcará, según la memoria sobre la que se trabaja, 745.000 metros cuadrados del centro, peatonalizará calles --por determinar-- y limitará el acceso de vehículos para reducir las emisiones y la contaminación. Incluir la ZBE en la ordenanza municipal blindará la ejecución del proyecto, que es una obligación legal para todos los municipios españoles de más de 50.000 habitantes. Para llevarla a cabo, Castelló ha obtenido 7,8 millones de euros de fondos europeos Next Generation que cofinanciarán un proyecto global de más de 10,5 millones.

En concreto, el espacio delimitado como Ronda Centro ZBE, está comprendido en la intersección de las calles Cerdán de Tallada (al norte), San Roque, Sanahuja, Gobernador Bermúdez de Castro, Guitarrista Tárrega y avenida Casalduch (al este), calles Orfebre Santalínea y Lepanto (al sur) y Rondas Mijares y Magdalena (al oeste). El grado de peatonalización de cada uno de los viales está todavía por determinar. 

El objetivo de la ZBE es reducir más del 40% de las emisiones contaminantes. El periodo de ejecución máximo del proyecto es el 31 de diciembre del 2024. Para compensar las plazas de aparcamiento que se puedan perder, el consistorio creará párkings disuasorios en distintos puntos de la ciudad.

Así las cosas, explica Ribes, «las Zonas de Bajas Emisiones van a suponer una de las mayores transformaciones urbanas que conocemos». «No sólo fomentarán la creación de zonas peatonales y el uso de medios de desplazamiento sostenibles sino que reinventarán la forma en la que nos relacionamos con las ciudades y el medio que nos rodea», señala el edil.

Sobre dos ruedas

La red de carriles bici de Castelló no ha parado de crecer en los últimos años, y lo seguirá haciendo. Una de las intervenciones relevantes en este ámbito es la reforma, ya en marcha, de la avenida de Lledó, que incluye un carril por el que circularán las bicicletas y los patinetes, y enlazará el centro de la ciudad con los carriles de estas mismas características de la ronda de circunvalación y del Camí la Plana, hasta llegar al Grau y la zona de la playa, añadiéndose a la red de más de 100 kilómetros de carril bici con los que cuenta la capital en la actualidad. 

«Por distancias, infraestructura, clima y orografía, Castelló es una ciudad perfecta para desplazarnos en bici o vehículo de movilidad personal y los datos de uso así lo demuestran. Debemos seguir desarrollando la infraestructura y armonizar su uso para que cada vez más personas dejen el coche en casa», asevera Jorge Ribes. En la nueva ordenanza tanto las bicicletas como los patinetes son protagonistas, realizando en uno de sus apartados la necesaria regulación de las normas para las bicicletas y de los vehículos de movilidad personal.

Transporte público

El transporte público es otro de los pilares de la ordenanza de movilidad sostenible. De hecho, y en paralelo, recientemente se aprobó en junta de gobierno local el reglamento de transporte público. Entre las novedades que han entrado en vigor destacan la autorización para que se puedan subir mascotas a los autobuses y el TRAM de Castelló, aunque siempre en su receptáculo idóneo para su transporte; la regularización de las paradas a demanda por razones de seguridad y perspectiva de género, de forma que se puedan solicitar en un punto intermedio al domicilio; o la ampliación del bono joven de los 24 a los 30 años.

Así lo remarca Ribes: «En materia de movilidad, el transporte público ha sido uno de los principales perjudicados de la pandemia, por lo que es necesario que desde las administraciones impulsemos su uso y modernicemos la normativa porque además juega un papel fundamental en el modelo de ciudad hacia el que estamos evolucionando».  

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