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CD CASTELLÓN

El centenario del Castellón | 100 años de 'orgull'

El Castellón celebra su centenario con un indeleble legado y con un nuevo propietario llamado a poner fin a la endémica zozobra

El Castellón disputó la final de la Copa del Rey en el 1973 frente al Athletic Club en el Vicente Calderón. MEDITERRÁNEO

El 20 de julio de 1922 es una fecha que conocen todos los castelloneros de pro conocen. Ese día, el Castellón Club de Fútbol (rápidamente, convertido en Club Deportivo Castellón) tomaba el testigo de la Sociedad Deportiva Cervantes, germen de mucho más que un simple equipo de fútbol, un deporte que ya entonces causaba furor. Un sentimiento, un símbolo para generaciones, para miles y miles de personas que han gritado de alegría con sus éxitos (no demasiados: la humildad le ha acompañado siempre) y han vertido torrentes de lágrimas de pena por sus desdichas (frecuentes).

El Castellón, cuyas últimas tres décadas han estado marcadas por los sinsabores de muchos descensos (incluso uno por impagos) y situaciones lamentables, trata de volver a asomar la cabeza por encima del agua. Lo hace con la flamante noticia de su nuevo propietario, un solvente empresario canadiense, llamado a poner fin a la zozobra marcada por su preocupante situación económica. La incógnita sobre su presente y futuro más inmediato, tras casi dos meses de negociaciones de Vicente Montesinos con varios potenciales inversores en la búsqueda de la viabilidad del club a corto y medio plazo, sirve para ilustrar la inquietud que le ha acompañado desde que, en 1991, militara por última vez en Primera División. Desde entonces, ha sufrido más que nunca por su supervivencia, con esas siete temporadas en el cuarto escalón del fútbol español, una huelga de futbolistas y veranos en los que su futuro pendía de un finísimo hilo.

La nueva gala

No cumple el Castellón, por tanto, un centenario rebosante de salud, pero tampoco lo hace en la situación crítica de recientes 20 de julio, cuando apenas un puñado de orelluts se juntaban para mantener viva la llama de la efeméride. Esta tarde lo hará con una gala, en el Auditori i Palau de Congressos de Castelló (20.00 horas), que a diferencia de la celebrada en febrero, con un perfil más institucional, pondrá el foco en la sufrida afición (su verdadero patrimonio: ayer, hoy y también mañana), todavía pendiente, por ejemplo, de la campaña de abonos para la próxima temporada. Pero, más todavía de que la entidad mejore de sus achaques para continuar soñando, algún día, con reverdecer sus laureles.

No han sido muchos, pero el año que viene se cumplen 50 años de su mejor temporada, el quinto puesto en Primera pero, sobre todo, el subcampeonato copero. No es mucho para un equipo con apenas 11 temporadas en la élite, pero esa modestia, esa capacidad agonística que le ha caracterizado, forman parte del imaginario colectivo y subrayan sus señas de identidad.

Cientos de victorias y miles de goles festejados, leyendas y mitos que han acompañado en mañanas, tardes y noches a multitud de generaciones en el Sequiol o en Castalia (el viejo y el no ya tan nuevo), recuerdos imborrables en la memoria de tantos y tantos albinegros (de Castelló o de cualquier parte del mundo), forjados en las alegrías y en las penas... Todo ello convierten al CD Castellón en un equipo conocido y estimado por su singularidad. ¡Por otros cien años de Pam, Pam, Orellut! 

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