Primera RFEF

CD Castellón | El menú del día en Amorebieta: Barro, balones directos y segundas jugadas

El defensa Óscar Gil, ex del conjunto vasco, analiza el partido que le espera al equipo albinegro

El zaguero Óscar Gil celebra el gol de la victoria contra el Murcia, su único tanto en lo que va de temporada.

El zaguero Óscar Gil celebra el gol de la victoria contra el Murcia, su único tanto en lo que va de temporada. / Gabriel Utiel

Enrique Ballester

Enrique Ballester

Nadie en Castellón conoce mejor el partido que le espera al Club Deportivo el domingo en el estadio Urritxe de Amorebieta que Óscar Gil. Conoce el club, conoce el campo y conoce al entrenador rival. No en vano, el ahora defensa orellut militó la temporada pasada en el club vasco.

¿Y qué partido le aguarda al Castellón? Exactamente el que uno imagina en verano cuando mira el calendario. Los tópicos a menudo lo son por algo y el fútbol que no es de Primera División conserva sus matices geográficos. Es parte del encanto. El menú del día del fútbol del norte: balones directos y segundas jugadas sobre un césped blando que tiende al barro.

El campo

Lo primero, el campo. «El año pasado en Segunda jugábamos en Lezama y entrenábamos en Urritxe a diario. El campo no es como el del otro día (contra el Intercity en Alicante), que era irregular. Lo que pasa es que es blando y tiene más barro. Son dos semanas de campos complicados», explica Óscar. 

El entrenador

Lo segundo, el entrenador, Haritz Mujika. Un clásico como jugador de la Segunda B de este siglo, que debutó en el año 2000 en el Beasain y se retiró en el 2019 precisamente en el Amorebieta. «Yo jugué contra él, de hecho, cuando estuve en el Bilbao Athletic con 17 o 18 años. El año pasado estaba de segundo entrenador, acabó de primero y lo mantuvieron tras el descenso», añade.

Dani Romera celebra el gol de la victoria ante el Amorebieta

El Castellón ganó 1-0 en la primera vuelta al Amorebieta, con gol de Dani Romera. / ERIK PRADAS

El plan de juego

Y lo tercero, el plan de juego. «Es un juego sencillo de ver, pero difícil de contrarrestar. Balón directo, segunda jugada, recuperar, abrir a banda, volver a centrar... Peleas, disputas.... Avasallar e ir avanzando yardas», desgrana. «El entrenador lo tiene muy claro y el equipo, también. Buscan jugadores de ese perfil cada año», apunta.

A disfrutarlo

Quiera o no quiera, al Castellón le espera pues un partido de pierna fuerte en Vizcaya. «El partido quizá no sea bonito de ver, pero sí será un partido de pelea, y muy difícil. Hay que ir mentalizado de lo que hay y disfrutar de competir, porque si no se te hace un sufrimiento muy largo», aconseja Óscar Gil. Para ganar, añade el zaguero navarro, «te tiene que acompañar un poco la fortuna y, que si te centran sesenta veces y se quedan un par de balones por ahí sueltos, que no vayan para adentro».

Para adentro no fue un balón que merodeó el gol del posible 2-2 del Castellón contra el Intercity, con el propio Óscar Gil a punto de meterlo, uno de los condicionantes que explican la derrota albinegra. «No hicimos el mejor partido, pero si entra esa todo cambia. Es difícil en esta categoría ganar fuera de casa. En Primera o Segunda a domicilio te encuentras el mismo césped, estilos parecidos... pero aquí cada uno tiene sus características», asevera.

Óscar Gil (Peralta, Navarra, 1995), se formó en la cantera del Athletic de Bilbao, donde llegó a debutar en el primer equipo en un partido de Copa. A sus 27 años, suma más de 250 partidos entre Segunda y Segunda B, en clubs como Oviedo, Atlético Baleares o Racing de Santander. Su amplia experiencia no ha evitado cierta sorpresa con los métodos del entrenador del Castellón, Albert Rudé

Los nuevos métodos

«Es una nueva forma de trabajo que no había tenido hasta ahora. Me gusta. Son entrenamientos muy exigentes táctica y técnicamente. Te explica cosas en vídeos y ves que no solo tiene razón, sino que después ocurre en el campo. En las fases de juego que conseguimos aplicar lo que quiere vemos que funciona. Es algo totalmente diferente a lo que había conocido», señala Óscar. Algo diferente también a lo que espera el domingo, parece.  

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