La crónica | El Castellón tropieza con los postes y el Real Unión (1-1)

El Castellón ya no será segundo y puede terminar quinto. Con el play-off asegurado recibió este sábado al Real Unión de Irún, y pinchó. Después de chocar tres veces contra el poste en la primera parte, De Miguel marcó el 1-0 pasada la hora de juego, pero un golazo del visitante Aramburu en la jugada siguiente acható las aspiraciones albinegras y amargó la cita en Castalia.

Al 1-1 final se llegó a través de un viaje de lo esperado a lo inesperado. El míster Rudé advirtió en la previa de la posibilidad de dosificar esfuerzos y repartir cargas de trabajo con el play-off en mente. Así fue: el banquillo se llenó de futbolistas fatigados o tocados y el campo acogió un catálogo de caras nuevas. Desde la portería (con Sarr relevando a Alfonso, que arrastra molestias en la rodilla) a la parte ofensiva (Jeremy y Pablo), pasando por la medular (Carles y Kochorashvili) y la defensa (Iago Indias), el Castellón puso a prueba la profundidad de su plantilla.

Tanta novedad añadía un punto de curiosidad al encuentro. Era la clásica situación que tratan en aquella escena de Mad Men: «¿Cambios? Estoy en contra, a no ser que funcione. Estoy en contra excepto si sale bien». Y para desgracia del Castellón y Rudé, no salió bien.

Los palos de la primera parte

El primer tiempo acabó en empate sin goles, postes mediante. En apenas 20 minutos, el Castellón ya había tocado madera tres veces. En el minuto 3 hubo una ocasión encadenada: el pecho del portero Irazusta repelió un remate a quemarropa de Kochorashvili, en la primera oleada, y el larguero asomó para frustrar el cabezazo de De Miguel, en la segunda.

Ancho y profundo, el Castellón encontró con paciencia y orden caminos al área rival en el arranque. En el minuto 10, el travesaño volvió a ser protagonista al escupir un disparo picudo de Jeremy de León. La sucesión de postes culminó en el minuto 19; en esta ocasión tras un testarazo de Kochorashvili.

Aburridos por los postes, quizá, la producción ofensiva de los albinegros se estancó al cruzar el ecuador del primer acto. Irazusta intervino, de nuevo con el pecho, para despejar un chut de Manu Sánchez en el minuto 28, pero después siempre fallaba algo: el último pase, el penúltimo, el chut tapado o desviado o el ansia en el fuera de juego. El Real Unión se aplicó también para rebajar revoluciones al duelo: Sarr detuvo con solvencia un tiro cruzado de Aramburu en la única llegada realmente reseñable.

El 1-0... y el empate inmediato

En el descanso, Rudé movió el banquillo. Sentó a Manu Sánchez, orilló al lateral a Carles e introdujo a Cristian en el verde. El partido avanzó por la misma senda: una llegada tras otra y un ‘casi’ tras otro. El 1-0 parecía cuestión de tiempo y lo fue, en el minuto 63: segunda jugada en un córner, balón que baja Indias y que caza de zurda Jesús de Miguel.

Lo esperado mandaba en Castalia, hasta que irrumpió sin avisar lo inesperado, como un trueno en una noche plácida y despejada.

Lo inesperado fue lo de Aramburu en el minuto siguiente al 1-0: controló la pelota, se fue de un par de rivales y lanzó un disparo en parábola que superó a Sarr y se coló por la escuadra.

Ya entonces el Castellón había iniciado el carrusel de cambios, con Fabrício y Suero, y luego siguieron Cubillas y Fuentes. Ninguno de ellos mejoró a lo que había antes, y excepto el ariete, los demás desesperaron a cualquiera. Solo un error del Real Unión podía posibilitar un nuevo gol salvador a última hora, pero los visitantes, en plena pelea por el descenso, no se equivocaron. Quien se equivocó fue el Castellón una y otra vez, con increíble tozudez, al acercarse al área.

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