La insistencia de diversos colectivos de discapacitados ha dado sus primeros frutos y dos lugares céntricos de Peñíscola ya han incorporado rampas para facilitar el paso a personas con movilidad reducida.

Uno de estos puntos es el paso de cebra que hay frente a la fachada del Palau de Congressos, mientras que el otro se sitúa en la confluencia de la avenida Marcelino Bayarri con el recinto portuario. En el caso de la rampa situada frente al Palau, pone fin a las dificultades que tenían las personas en silla de ruedas, que para poder acceder a este edificio debían dar un rodeo por pasos de cebra cercanos. El alcalde, Andrés Martínez, reconoce que en materia de accesibilidad “todavía hay mucho por hacer, tal y como nos indican desde entidades como Cocemfe y personas como Adrián Izquierdo, que transmiten sus dificultades en varios puntos”. Pero el consistorio contempla un plan integral de accesiblidad para el casco histórico. H