Tres distinciones se juntaron ayer por la tarde en la ermita de los Santos patronos para seguir prestigiando la Semana Santa de Vinaròs mediante un gran espectáculo: la segunda representación de La Passió d’Ulldecona. Así, si la tradicional fiesta vinarocense es reconocida como de Interés turístico autonómico y la representación catalana, de Interés turístico nacional; ayer volvió a celebrarse en un entorno natural de la ermita que, este ejercicio, estrena el reconocimiento que le ha otorgado la Generalitat como Paraje Natural Municipal.

La recreación de la parte de la obra sacra que era --en su segunda edición en el ermitorio-- uno de los grandes atractivos de la Semana Santa local, se produjo en un acto patrocinado por la Diputación, que repitió el gran éxito del año anterior, que ya había congregado a 1.500 personas. Bajo la batuta de la nueva dirección de Josi Ganzenmüller, esta vez, la puesta en escena se amplió, ya que se inició con La última cena, que se representó en la iglesia de la ermita, y siguió con el juicio y la muerte de Jesús. En este evento colaboró también activamente la Coral García Julbe, interpretando diversas piezas, durante el transcurso de las realistas escenas. H