La llamada a la fiesta llegó ayer a la Vall d’Uixó marcando el paso al ritmo de la música de charanga, elemento esencial de les Penyes, tanto como los peñistas, de los que en la plaza del Mercado se dieron cita más de 2.300, dispuestos a recordar a propios y extraños que solo quedan seis meses para su Semana Grande.

Hasta la meteorología se alió con el inmejorable ambiente de celebración que se adueñó del centro de la ciudad, de las terrazas de los bares, de cualquier rincón que se prestara para acoger a los numerosos grupos de amigos que tanto echaban de menos enfundarse la ropa con sus colores distintivos y salir a la calle.

DE BUENA MAÑANA / Una fiesta planteada por la junta directiva que preside Vicente Pitarch de cara al día, de manera que la única excusa para no sumarse fuera el «no quiero» y no el «no puedo». Y es que a media mañana los primeros acordes invitaron a los más madrugadores a sumarse al correbars con el que varios locales de la ciudad aprovechan el tirón, siempre efectivo, de les Penyes.

Los aledaños de la plaza del Mercado fueron un ir y venir de gente horas después de que los organizadores repartieran las mesas para «más comensales que nunca», afirmó Pitarch, muy satisfecho, como el resto de la directiva, de la buena respuesta de la gente que mantiene viva esta celebración año tras año.

La novedad de este año tiene mucho que ver con esa mirada puesta en el mes de agosto, y es que, por primera vez, el sorteo de carpas se adelantó a marzo, para aligerar la noche del sorteo de cadafals, que sí que será en agosto. Comida de caldereta y la música de orquesta completaron un día de lo más intenso y movido.