La última jornada taurina de las fiestas patronales de la Soledat de Nules será recordada por haber ofrecido el peor espectáculo posible. Y es que el primer toro de la tarde ni siquiera llegó al recinto de la Vila porque, como explicó el alcalde, David García, cuando fueron a buscarlo al cebadero «estaba muriéndose»; ante este escenario, decidieron adelantar el que estaba previsto para la embolada, pero el animal manifestó una evidente debilidad desde el primer momento y no duró ni cinco minutos en la calle. Los dos ejemplares eran de la misma ganadería, Manuel Caro Andrade.

Lo que podría considerarse un golpe de mala suerte, dejó de serlo cuando la alcaldesa de la Vilavella, Carmen Martínez, que había acudido a Nules para asistir al espectáculo del bou de carrer, le confirmó a su homólogo que este hierro es el mismo que protagonizó una incidencia similar en su municipio en Festa la Vila --en el mes de septiembre--, manifestando en cuanto salió del cajón una evidente falta de fuerzas.

Ambos munícipes consideran que este hecho no puede ser una casualidad y ayer anunciaron que iniciarán una investigación conjunta. «Vamos a hacerles analíticas a ambos toros y así podremos averiguar qué ha pasado y, si procede, iremos a los juzgados».

SONORA PITADA / Cuando el Ayuntamiento anunció por la megafonía de la plaza el primer cambio, ya se escucharon algunos pitidos dispersos, que fueron más generalizados en cuanto su sustituto empezó a perder las manos. Los miembros de la Comissió del Bou intervinieron de inmediato, incitando al animal a entrar en los corrales, pocos minutos después. La respuesta municipal fue llamar a varias ganaderías de la zona para poder contratar la exhibición del embolado, finalmente fue de Hermanos Bellés. Se retrasó media hora para completar la tramitación administrativa.

Como reconoció el concejal de Fiestas, Gabriel Torres, «la situación no es agradable para nadie, en especial para los integrantes de la Comissió del Bou, que son los que han estado trabajando todo este tiempo. Pero estas cosas nadie las puede prev