El consistorio de Vall d’Alba aprobó ayer en sesión plenaria extraordinaria el presupuesto municipal para el año 2020, unas cuentas que ascienden a 3.069.864,77 euros, unos 70.000 euros por encima de la cifra del vigente, y que se asienta sobre dos principios: la congelación de tributos y las inversiones, que estarán centradas fundamentalmente en mejora de calles.

Así lo anunció la alcaldesa, Marta Barrachina, quien defendió el presupuesto «atiende las demandas de vecinos, pero sin perder de vista la gestión de las arcas públicas».

Se trata de unas cuentas en las que «no se incrementan los tributos». En este sentido, destaca la previsión en la disminución de la recaudación del IBI urbano, «por importe de unos 10.000 euros», como consecuencia del fin de la regularización realizada por el Ministerio de Hacienda en los últimos ejercicios. Y también disminuye en 50.000 euros el impuesto sobre la plusvalía.

En materia de inversiones, el principal proyecto será la primera fase de la reforma de la piscina municipal, valorada en 80.000 euros. También contemplan 58.000 euros para inversiones en pedanías, 135.000 euros para la pavimentación de calles y acondicionamiento de caminos rurales y 31.000 para mejoras en el colegio público l’Albea.