Burriana vivió la pasada Navidad una auténtica fiebre Playmobil. Más de 35.000 personas visitaron visitaron la exposición de dioramas, el mercadillo y el monumental Belén compuesto por piezas de los famosos juguetes en el CMC La Mercé, y ante tal éxito, ha resultado inevitable que este año se haya reeditado la experiencia, con sorpresa incluida. Y es que entre las 600 figuras que componen el Belén de este año, se esconde un caganer. El reto es, claro está, dar con él.

El pesebre tiene un claro acento burrianense, puesto que el montaje lo han llevado a cabo cuatro coleccionistas de la ciudad pertenecientes a Aesclick, organizadora de la actividad en colaboración con la Concejalía de Cultural. En concreto, Francisco Guerola, Pablo Granell, Carlos Simó y David Vázques son los artífices de las diferentes escenas para las que han aportado figuras de sus colecciones.

¿Dónde está el caganer

El aliciente adicional de este año será encontrar al personaje que han popularizado y universalizado los belenes catalanes, que ha sido personalizado artesanalmente por los coleccionistas. Aseguran que no han puesto demasiado difícil el juego de descubrir su ubicación, para que disfruten grandes y pequeños.

Aunque este solo es un detalle anecdótico, de una muestra que ocupa 24 metros cuadrados y que incluye más de 2.000 detalles, entre los que no faltarán los personajes más tradicionales y las escenas indispensables en cualquier cuadro navideño: la Anunciación, la llegada de José y María a Belén, la adoración de los pastores o la de los Reyes Magos. También habrá espacio para el Antiguo Egipto, un castillo romano y su recaudación de impuestos, una zona portuaria, huertos, mercados y oficios artesanales.

Y en un guiño a la transformación de estas fiestas, no faltarán personajes algo desubicados, como un Papá Noel con un árbol de Navidad, Mozart tocando con un grupo de música o un despistado click que ha quebrado la vidriera en la que está emplazada la exposición de un balonazo. Todos ellos anacronismos que quedan perfectamente empastados en una composición que, un año más, aspira a convertirse en la actividad estrella para disfrutar en familia estas navidades.

Sobra decir que la visita de la muestra no será como la del año pasado, pues se adaptará a las limitaciones que exige la situación de pandemia, que de una forma inevitable estará presente en esta exposición que, al fin y al cabo, apela a la inocencia que inspiran estos juegos.