El 2021 será un año decisivo para que las puertas del Museu de la Taronja de Burriana vuelvan a abrir tras nueve años cerradas. La Generalitat y el Ayuntamiento trabajan conjuntamente en la redacción de unos nuevos estatutos que permitan desbloquear el patronato y poner fin al embrollo administrativo para que el consistorio asuma la gestión del edificio, clausurado desde verano del 2012.

Una vez superado este escollo, será necesario abonar la deuda pendiente de 160.000 euros, además de realizar tareas de rehabilitación tanto en el exterior como en el interior del histórico inmueble.

El concejal de Cultura, Vicent Granel, explica que los servicios jurídicos de ambas administraciones se encuentran puliendo los detalles sobre las nuevas disposiciones para poder encontrar el marco legal más adecuado y así posibilitar la reapertura del recinto lo más rápidamente posible.

Representación del Consell en los estatutos

Uno de los puntos que aún están en el aire corresponde a definir cuál será la representación que tendrá el Consell en los nuevos estatutos, puesto que anteriormente estaban involucradas las consellerias de Cultura, Economía Sostenible y Agricultura.

Ante esa situación, Granel apunta que están valorando dejar solo al área de Cultura para «simplificar todo lo máximo posible», ya que se dieron cuenta que, a la hora de reunirse, el hecho de hacer coincidir a tres consellers es «muy complicado por problemas de agenda». De este modo, abren la vía para conseguir un patronato más eficiente, donde «el Ayuntamiento asuma la presidencia y la gestión del museo», señala.

En las últimas semanas también abordaron la posibilidad de integrar de alguna manera en la nueva fundación el nombre del antiguo director del museo, Vicent Abad. Aún no está definida la figura, pero posiblemente le otorgarían el cargo de director honorífico y algún miembro de su familia ejercería la representación.

Habrá que acordar cuánto aporta cada administración

Una vez concretado el patronazgo de la institución, será el momento de celebrar un primer encuentro y acordar las aportaciones que realizará cada administración para solventar el adeudo que se arrastra desde el 2012, cuando Iberdrola cortó el suministro eléctrico por reiterados impagos.

El largo periodo de clausura también ha hecho mella en las condiciones en las que se encuentra el edificio, por lo que igualmente será necesario ejecutar algunas labores de renovación para actualizar el material de la exposición.

Son muchos los obstáculos que todavía tienen que salvar, pero el camino está abierto para que en el 2022 todo esté preparado y puedan estar por fin reabiertas estas instalaciones únicas. En ese sentido, el concejal de Cultura prefiere ser optimista y asegura que «queda un largo camino por delante», pero confía en que a lo largo de todo este año puedan trabajar «todos unidos para que el Museu de la Taronja reabra».