Con una apuesta decidida por la «accesibilidad, la eliminación de barreras arquitectónicas y la priorización de los peatones para mejorar la vida diaria en el barrio», la alcaldesa de Almassora, Merche Galí, desgranó ayer la remodelación de la plaza Mayor de la Vila y su entorno, con un presupuesto de 450.000 euros y un plazo de ejecución de seis meses.

El proyecto seguirá la línea de la primera fase, ya ejecutada en la plaza de la Iglesia y la calle San Joaquín, en un entorno histórico que está declarado bien de interés cultural (BIC). Es por ello que los técnicos municipales han trasladado el informe arqueológico a la Conselleria de Patrimonio para que autorice las obras y los materiales previstos, al igual que ocurrió en el primer tramo.

El ámbito de actuación de estas obras afecta al entorno de las dos plazas: las calles San Miguel, San Cristóbal, San Roque, Virgen de los Dolores, Virgen de la Luz y la travesía de José Jimeno. Todo ello supone intervenir en una superficie de 2.200 metros cuadrados. Son viales de conexión entre las dos calles principales, San Joaquín y San Vicente, que cruzan el casco histórico con una longitud aproximada de 60 metros.

La remodelación de la Vila en la fase II continuará la apuesta por la movilidad urbana sostenible, sobre todo en lo que representa a la accesibilidad peatonal y la eliminación del tráfico rodado, un hecho que acabará también con las barreras arquitectónicas en todo el tramo. El nuevo pavimento antideslizante ofrecerá una sensación de más amplitud y un único nivel tanto en la plaza como en la calle para eliminar los obstáculos que suponen las aceras actuales y las caídas que provocan, sobre todo entre gente mayor.

El código de pavimentado será el mismo que el utilizado en la primera fase con la pretensión de destacar datos que la mayor parte de la población desconoce, como son los edificios catalogados de la Vila, los dotacionales y aquellos con interés arqueológico.Renovación de suministros

los dotacionales y aquellos con interés arqueológico.

Además, la intervención permitirá renovar la red de suministro de agua potable al sustituir las conducciones más antiguas de fibrocemento por otras de polietileno y de mayor sección. La red eléctrica, de gas y de telecomunicaciones prolongará la canalización que quedó lista en previsión durante las obras de San Joaquín.

En este sentido, la alcaldesa de Almassora resaltó que la intervención «aumentará el valor de las viviendas del casco histórico», al mejorar todo el conjunto.